Ubicación: Camí Vell de Llíria, 93
Valencia (Valencia/València)
España
Código Postal: 46015
Teléfono: 963498771
Horario: Cierra domingos y lunes
Menciones:
Tipo de cocina: Asador
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Web: https://tavellarestaurant.com/
Precio estimado: 70,00€
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Tavella es… otro mundo.
Esta en Valencia, sí, pero no. Sí… pero escondida. Bueno, es que Valencia lo que es Valencia…. En realidad es una pedanía llamada Beniferri, que pese a estar detrás mismo del gran casino Cirsa, con imponentes y representativos edificios muy próximos, es como un pueblecito que lucha por no verse devorado por la gran urbe. Y lo consigue, sobre todo la alquería que da cobijo a Tavella, una casa de labranza con solera propiedad de los antepasados de Pablo Chirivella, el chef y dueño del restaurante.
Más de 200 años tiene la alquería, y está conservada a la perfección. Accedes por un delicioso patio interior presidido por una gran cámara expositora en la que Pablo exhibe todo su músculo diariamente: besugos, pargos, gallos san pedros, virreyes, gamba roja, pulpitos… lo que toque, lo mejor de lo mejor de las lonjas del Cantábrico y del Mediterráneo. Pablo juega fuerte, y compra y busca el producto allá donde mejor esté, sin ataduras ni limitaciones geográficas.
La alquería está decorada de modo rústico refinado, cuajada de grandes cuadros ornamentales muy valencianos. Entre ellos, una antigua fotografía en blanco y negro de una sesión del Tribunal de las Aguas en la que aparece el abuelo de Pablo como síndico, representando precisamente la acequia que pasa por detrás de la alquería. Increíble los diferentes rincones y ambientes que tiene el restaurante en tan poco espacio. La sala principal está dotada con una soberbia y moderna bodega acristalada, que se integra maravillosamente en el conjunto. Gran trabajo de interiorismo.
La propuesta es inequívoca: productazo, de todo tipo, pero en especial pescado, y brasa. Todo pilotado por Pablo Chirivella, que tras dar vueltas por el mundo y formarse en muy diversas escuelas, apostó por esta fórmula y por este entorno hace ya 8 años. Huelga decir que la apuesta resultó ganadora. Tavella se ha convertido en un pedazo de restaurante, siendo ya desde hace un tiempo un referente en todo el arco mediterráneo en lo que se refiere a pescados a la brasa.
Tavella juega en Champions, y compite sin complejos y en igualdad de condiciones con los grandes asadores guipuzcoanos y asturianos.
Pablo está aburrido de vender rodaballos y corvinas (son los dos pescados que le encumbraron), de hecho ni siquiera los muestra en el expositor de la entrada, pero la gente los pide y los pide. Y no me extraña, porque es que los borda. Es increíble, pero esa corvina a la brasa de Pablo, se la juega con los mejores pescados a la brasa que he probado en mi vida. ¡Y se trata de un pescado de granja! Pero amigo, en esa grasa añadida que le otorga la alimentación en cautividad, Pablo encuentra un aliado para su brasa y lo convierte en un manjar de los dioses. Me resulta francamente difícil ir a Tavella y no pedir corvina. Pese a la deslumbrante oferta de pescados tops con la que Pablo te apabulla, es que esa corvina me llama… uffffff. No la cambio por nada.
En esta última ocasión (bueno, sinceramente, fuero dos seguidas, me piqué y re-pequé), probé el besugo (guau), el virrey (palabras mayores) y… ¿lo adivinan? Sí, la corvina, pero no cualquier corvina, la corvina de granja de Pablo. ¡Madre mía! Que voluptuosidad, que bocados pecaminosos, qué saboraco. No podemos hablar de finura, su textura no está ni de lejos a la altura de la de otros pescados comentados, pero esa jugosidad, ese sabor, esa opulencia, esa mordida… UAHHHHHH.
Y no todo es pescado, claro, qué va. Huerta, mucha huerta, a la brasa, claro. No sé, alcachofas, trigueros y… unos de los mejores pimientos rojos que me he tomado, y mira que he probado, diosssss. Pablo va a buscar el producto, como decíamos, allá donde él considera que es mejor, y en el caso de los pimientos es en Navarra, no vamos a desvelar la localidad.
Y carnes, y paellas… y otras cositas, como esa cecina de Wagyu que tomé en esta última ocasión, qué maravilla, qué cosa más rica.
Pablo además de ser un excelente chef, es un gran director, muy sabio reclutando y dirigiendo personal, al que tiene totalmente implicado, destacando dos auténticos cracks como Toni Comeche, el jefe de sala, y Sara López, la sumiller. Lo tienen todo: presencia, oficio, discreción, simpatía… Toni y Sara contribuyen de un modo realmente importante a que la experiencia en Tavella sea tan fantástica como lo es. Qué buena gente.
La bodega, decíamos que era imponente por fuera, pero por dentro… lo que acopian ahí Pablo y Sara, telita, no sé yo si hay alguien por aquí que le empate…
Universo Tavella, la casa de Chirivella, el hombre que susurraba a las brasas.
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Espectacular, como siempre. ¡Qué bien se come en esta santa casa!
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