Ubicación: Puerto de Caleta de Vélez, locales 3A y 4A, 29751 Caleta de Vélez, Málaga
Caleta de Vélez (Málaga)
España
Código Postal: 29751
Teléfono: 952030443
Horario: Cierra los lunes,. Noches solo viernes y sábados.
Menciones: Recomendado Repsol
Tipo de cocina: Andaluza
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Web:
Precio estimado: 65,00€
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¡Qué felicidad de lugar!
Local muuucho más amplio de lo que parece desde fuera. Su terraza, su canesú y su interior, pero como es todo frontal es como una enoooorme terraza que mira al (sorpresa) puerto.
Menos mal (para mi, que ca’uno tiene sus carencias) que son personas amabilísimas, que no sólo te recomiendan bien, si no que te ayudan, porque la verdad sea dicha: Yo no sé comprar al peso ni las manzanas, pues como para hacerlo en un restaurante. Te cuentan qué tienen, qué te recomiendan pedir para que puedas probar varias cosas sin que te sature y sin que se te rompa la tarjeta de crédito, te animan a que mires el mostrador de pececillos y mariscos y elijas tú mismo. ¡Y ole esa lonja! ¡Qué preciosidad!
Se va componiendo el menú, el orden, te preguntan cómo quieres alguna de las preparaciones ¿Frito? ¿Cocido? ¿De esta manera o de esta otra? El pez te lo puedo preparar la mitad de esta forma y la otra mitad de esta otra. ¿Cómo te apetece? ¿Te gusta tal cosa? ¿Y esta otra? ¿Has probado aquello?… Sin darte cuenta te llevan de la mano de una manera excepcional.
Dicho lo cuaaaaaal. Pues yo había venido aquí porque desde hacía eones quería probar su ensaladilla rusa. Ensaladilla, que dentro del particular universo que suponen del uno al otro confín, cuenta con el concurso de un marisco llamado “coloraíllo”, que son una suerte de gambitas con sabor y textura firme. Bien chulo este animalillo. Me comería un pozal del tirón sin decir ni pues. Y decía yo que media de ensaladilla, claro, que después habría más platos. Y sí, es una ensalada riquísima. De las que merece la pena el desvío y el viaje.
Seguimos. Concha fina; quisquillas y gamba blanca, que llegaron de forma sucesiva para que las pudiera comparar, como hablamos al principio. Calamaritos (para los mesetarios: Puntillas/puntillitas), que no tenía yo especial tentación, pero mucho me insistió en que estaría bien que los probase que eran algo muy especial. ¡Y maemía! ¡Qué absoluta delicia! Huelga decir que la fritura era de 10 o más, pero su textura, casí láctea, sabor… Una absoluta maravilla que te deja perplejo que venga de algo, realmente, tan conocido por todos, tan sencillo y tan desnudo.
Para terminar un salmonete, que los vi al entrar y siendo un pescado asequible de tamaño para una persona humana, tenían un aspecto extraordinario. Pues venga ese salmonete. La mitad frito, incluídos sus interiores. ¡Ahí se rechupetea tó! ¡De cabeza a cola! Y al terminar con este asunto traen el otro lomo. Crudo, perfectamente desespinado, piel hacia arriba, pincelado con su algo de mejunje con soja (me dijeron qué llevaba pero estoy mayor para recordar y joven para disfrutar) y fileteado algo más grueso de lo que se podría pensar (como medio centímetro o así), le arrean un viaje de soplete delante tuyo… y en fin, si de los anteriores platos repetiría todos, ¡de este me comería cien!
Esta felicidad, con un par de cervezas sin, y un café con, fueronse a unos felicérrimos 68 EUR.
Es de los lugares de “cocina por derecho” que más he disfrutado en muchíiiiiiiiiiiiiisimo tiempo. RCP infinita.
Nota: Yo ejke soy muy de barrio, pero me resultó bien curioso que en la cuenta te indicasen no sólo el plato, si no el peso de los animalitos y el precio/kg ^__^
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