Ubicación: Av. de les Corts Valencianes, 12
L'Eliana (Valencia/València)
España
Código Postal: 46183
Teléfono: 675754268
Horario: Cierra domingos, lunes y martes, y las noches de los miércoles
Menciones:
Tipo de cocina: Actualizada y Mediterránea
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Web: https://elolmorestaurante.com/
Precio estimado: 50,00€
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Ubicado en la avenida gastronómica de L’Eliana, encontramos este restaurante llamado a triunfar en la zona, pues tiene todo lo que tiene que tener un restaurante de moda: buena ubicación, decoración atractiva, servicio atento y cocina acorde a los tiempos.
Sala de decoración ecléctica, con un punto de estilo Versace y mobiliario neoromántico, tan de moda en estos tiempos. Sin ser un local grande, las dimensiones permiten una buena distribución de las mesas, lo que permite una cierta intimidad.
La diligente jefa de sala te hace sentir cómodo a la par que atendido, así que no necesitas más que dejarte llevar por la carta.
Cocina actual donde su mayor defecto sea su mejor virtud: cocina moderna con los mismos platos que se elaboran en todos los nuevos locales. Lo cierto es que no es lo que más me gusta, pero si está bien hecho disfruto bastante de esta oferta que combina la bravas con las gyozas, los tataky con las croquetas y el sashimi con el tuétano.
Muy de acuerdo con los comentarios sobre los platos de Aurelio, así que no me repetiré sobre las pegas del pastrami o la obligatoriedad de probar esas bravas, tan poco al uso como sorprendentes.
La carta de vinos se centra demasiado en la Comunidad Valenciana, cosa bastante lógica, pero que deja bastante coja la oferta en vinos blancos y, sobre todo, espumosos. En ese aspecto sí se podría mejorar, ya que el número de referencias no es corto, por lo que se podrían introducir algunas botellas que equilibraran la carta.
Un local interesante que, sin duda, perdurará y al que volveremos.
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Hace tiempo ya que me lo había recomendado una amiga, autóctona ella de L’Eliana, de solvente y contratado criterio… pero es que me daba una perezaca que no veas, porque lo miré en algún lado y me dio la impresión de que era como muy clásico, incluso punto rancio.
Como me lo volvió a mencionar el otro día, pues oye, tenía una comida con un amigo al que le pareció bien la propuesta, y para allá que fuimos.
Se encuentra en plena arteria principal de L’Eliana, Av. de les Corts Valencianes. Su fachada, de tan discreta, pasa algo desapercibida, de hecho, me la salté caminando y tuve que dar la vuelta. Todo lo contrario que su interior, una sala decorada con estilo marcadamente kitsch, algo barroco incluso, pero con aire de modernidad, y que obtiene gran desahogo con esa luz tan, tan, tan… no sé como definirla, tan deliciosamente valenciana, dado el enorme ventanal que ocupa prácticamente todo un lateral del rectángulo que forma la sala.
La carta… no sé de dónde saqué yo esa impresión, no tiene nada de clásica. Bueno, sí, tiene pescados y carnes con preparaciones tradicionales, pero es una propuesta mediterránea muy variada, con otros platos muy actuales, sobre todo en lo referente a los entrantes.
Pedimos, todo para compartiresvivir:
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• Bravas El Olmo con crema de ajo negro
• Gyozas de pato con salsa de piña
• Croqueta de atún, coco y curry
• Brioch de pastrami, queso ahumado, rúcula y salsa El Olmo
• Tataky de presa ibérica, setas nameko, piñones y helado de setas
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Qué razón tenía mi amiga, aquí hay que venir sí o sí, comimos requetebién. No le pongo un 5 en la valoración porque pinchó en uno de los pases, el resto son, tres de ellos de 5, y uno de 4 (puntuando de 0 a 5).
Las “bravas con crema de ajo negro”, son una locura, la patata está bien, no para tirar cohetes, pero, qué digo cohetes, masclets es lo que hay que tirar para vitorear esa emulsión de ajo negro, una locura, una pomada sabrosa a morir, con una textura acariciante, cómo envolvían a las patatas haciéndolas de Champions; las “gyozas de pato con salsa de piña”, despejaron todas las dudas que nos ocasionó eso de que llevaran piña, qué ricas y qué bien bailaba la piña con el pato; las “croquetas de atún, coco y curry”, muy originales, no brillaron a la altura de los dos anteriores platos, pero amigo, poca broma; el “brioch de pastrami, queso ahumado, rúcula y salsa El Olmo”… pues su único problema era que llevara en su enunciado la palabra pastrami, porque pastrami, lo que es pastrami… pues no, pero si no nos dicen que era de pastrami, le ponemos un sobresaliente; y el pinchazo del que hablábamos llegó con el “tataky de presa ibérica, setas nameko, piñones y helado de setas”, un plato que en lugar de templado llegó frío a mesa, y pese a que avisamos no corrigieron, y que a mi juicio es un experimento fallido, pues ese tipo de carne tan grasa como es la presa, resultaba algo desagradable fría, y además extrañamente correosa por zonas.
Pero quedémonos con los cuatro primeros platos, positifffos, siempre positifffos, y de este modo concluiremos como comenzábamos, que comimos requetebién.
La carta de vinos, pues no podemos decir que sea corta, pero chico, nos costó encontrar algo de nuestro gusto, de hecho íbamos a por un espumoso o un blanco, y tuvimos que cambiar de apartado, llegando a los tintos tras descartar también los rosados. Y, oye, mi socio y sin embargo amigo, me sorprendió hasta el infinito y más allá pidiendo… ¡una garnachaza maña!, un Fagus 2020 que estaba de miedo. Si me porfían a que adivine qué vino va a elegir de la carta, y me dan 50 opciones…. no lo acierto. Lo cierto es que Coto de Hayas se ha ido adaptando a los tiempos, y ya no hace esas legendarias garnachas borjanas intensas y concentradas, qué va, este Fagus, ojo, siendo lo que es, casi estaba fresco y ligero, desde luego que de lo más bebible y disfrutable.
Así que, lo dicho, volveremos, claro que sí.
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Muy buena descripción de lo sucedido. En breve dejo mi valoración. El tema del tataki, espero, lo solucionen, porque nos chirrió a los dos y seguro que más de uno le dirá lo mismo.
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Todavía no doy crédito a tu elección del vino, chico, es que me hago cruces jajajaja.
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