Chila



Ubicación: C. del Aviador Zorita, 35
       Madrid (Madrid)
       España
Código Postal: 28020
Teléfono: 918781097
Horario: Abre todos los días
Menciones:
Tipo de cocina: China
Te puede interesar:
Web: https://www.chilachila.com/
Precio estimado: 25,00€

Valoración media :  
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4 estrellas de 1 Valoraciones
Cocina 4 4
Servicio 4 4
Local 4 4
Servicio del vino 0 0
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15 comentarios sobre “Chila

  • el 07/01/2025 a las 08:47
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    Chila es un restaurante chino que sigue la tendencia de estos últimos años. Restaurantes de cocina china que 1) tienen un local más moderno dejando de lado las abigarradas decoraciones de los famosos chinos de barrio con los que crecimos los de mi generación y 2) se especializan en la cocina de alguna región de China.

    En el caso de Chila, su especialidad en la cocina de Hunan, en el centro-sur del país. Una cocina especiada y bastante picante. No asustarse con el picante pues al pedir la comanda puedes graduar el nivel e incluso suprimirlo. Lo cuál es un poco paradójico, sería como ir a restaurante italiano y evitar el tomate o a uno de cocina española y hacer lo propio con el aceite de oliva, pero bueno, paladares hay de todos tipos.

    Yo conocía el local que tienen en la Calle Silva, en pleno centro de Madrid y el otro día visité este otro, más por la zona de Tetuán. Un restaurante informal, bien puesto, de estilo moderno y sin lujos. Buscando información para rellenar la ficha, veo que también locales en Barcelona, Valencia y Sevilla.

    La carta es amplia, aunque no gigante como en otros restaurantes de este estilo. Nuestro pedido fue el siguiente:

    – Estofado caliente al estilo Changsa (que acabo de ver que es la capital de Hunan): Xianggan (unas tiras de tofu ahumado, ternera y oreja de cerdo con especias. Bien, pero fue lo que menos me gustó.
    – Berenjena china al estilo yuxiang. Deliciosa.
    – Pollo salteado al estilo hunan. Bien.

    Todo acompañado por dos cuencos de arroz blanco.

    Para dos personas, con cuatro cervezas sin, 55 euros.

    No es un sitio para ir muy de seguido, pero si apetece probar esta cocina, es una buena opción.

    Tema vino: nunca pediría vino en un sitio así, no porque no crea que a esta cocina no pueda irle el vino. No es fácil, pero algún blanco ácido y con algo de azúcar residual le puede ir bien. No es el caso de los pocos vinos que tienen en carta, mayoría de tintos potentorros de la Ribera del Duero y dos blancos sin ningún interés. Agua o cerveza es la opción aquí, por desgracia.

    Valoración media 4 4
    Cocina 4 4
    Servicio 4 4
    Local 4 4
    Servicio del vino 0 0
    Relacion calidad-precio 4 4
      • el 08/01/2025 a las 06:25
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        Te lo iba a decir, jaja!

        Pues es que en la cartelería del de Valencia lo pone claro, CHI-LA, separado, con un guion en medio, y con mayúsculas. Y tiene sentido, porque me explicaron cuando fui ahí antes de colgar la ficha, que el nombre completo es “CHI-LA HUNAN WOK”, y que:

        CHI quiere decir comida
        LA picante
        HUNAN es una provincia china en la que basan su oferta y cuya gastronomía se caracteriza por el alto grado de picor de todos sus platos.

        Y si entras en su web, está separado, mira la captura. Y sin embargo, la foto de la fachada del de Madrid que has colgado está claramente junto ¿¿¿???

          • el 09/01/2025 a las 06:39
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            Qué interesante. Seguro que al desparecidoencombate2 @dani le gusta leerlo.

            Extraigo del artículo lo que atañe en exclusiva a Chi-La:

            “Por ejemplo, Chila, en Madrid. La fachada podría haber sido arrancada directamente del corazón de Hunan, amante de las especias. Sirve tanto de salvavidas cultural para los expatriados chinos en España como de introducción a la cocina regional china para los madrileños curiosos. Los comensales pueden acompañar sus comidas con sangría o baijiu de Guizhou, una mezcla perfecta de las tradiciones de bebida española y china.”

            En cuanto a los comensales, comentar que, efectivamente, las 4 veces que he ido yo, había más orientales que caucásicos.

            • el 12/01/2025 a las 10:18
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              Lo acabo de leer ahora. Respecto al nombre, ya vi que se escribía en unos sitios juntos y en otros separado. Pero me mola más separado XD

          • el 09/01/2025 a las 08:56
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            Muy interesante, muchas gracias por compartirlo.

            Y estoy en líneas generales de acuerdo. Creo que el futuro de la cocina pasa precisamente por eso, como quizás ya ha pasado en el mundo del vino. Por un lado tradiciones fusionadas de todo el mundo, que nos guste o no, ya es global y por otro la recuperación de cosas muy exclusivas de un territorio (como lo que hacen en el Forn de la Soca, por ejemplo). Pero realmente cosas muy, muy minoritarias, porque como dice el artículo, no es necesario viajar hasta Asturias para comer una buenas fabes.

            Raro es el restaurante, por mucho km0 y apego a la tradición, la huerta y el terruño que no junte la merluza de Cedeiro con el miso japonés o las verduras del huerto aderezadas con kimchi.

            Pasa fuera de España, igualmente. Los restaurantes franceses con inquietudes usan nuestro cerdo ibérico desprendidos totalmente de su proverbial chouvinismo.

            • el 09/01/2025 a las 20:48
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              ¡¡ Disiento fuertesito !! Güeno, disiento mucho, pero el clickbait de fuertesito es más mejor y más bien 😜

              Arranco hoy con el libro “Cuina nostra. Un relat de memoria gastronómica” de Casimir Romero. Escojo al aza(ha)r (que es aleatorio y huele bien): Caminem cap a la uniformitat. Val la pena deixar tantes cosas pel camí?!

              Los restaurantes no son la punta de lanza. Son el subproducto. Como la fermentación son los eructos de levaduras y bacterias, pues la gastronomía, y restaurantes, son el eructo de la cultura.

              La cultura ocurre en la cocina de casa; de cada casa. Sabores y olores prendidos en la memoria. No, no es la cocina de la abuela que ponen en las cartas. Es que lo que no está en tu memoria, fijada por el sentimiento, por el entorno, por el tiempo, por el lugar, por la persistencia, por… ¡¡ la cultura !! pues no es, y se lo llevará el viento. La cultura que no tiene raices se va. Sin más. Y así como el tomate se incorporó al gazpacho, la patata en… ¡todo!… no fue por los restaurantes. Ni fue ni será, si no pasa siempre y primero por las cocinas de las personas.

              … y en un mundo en el que cada vez se cocina menos, es para darle una pensada a la pérdida absoluta de cultura.

              Nota: Y todo este, mi argumentario, es occidental absolutamente.

              • el 10/01/2025 a las 08:52
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                Estoy de acuerdo, y si lo miras con lupa pesimista es una desgracia, pero es lo que hay. Nos guste o no. No se cocina en casa o lo que se cocina va a rebufo de lo que se ve en la tele, instagram o youtube, que mucho mama de lo que se ve fuera. Los tiempos cambian, para bien o para mal.

                Hace tres siglos se cocinaba todo en casa, de ricos o de pobres y por tu propia mano (por la mano de las mujeres, realmente) o por la de la de otros, los que podían permitírselo. Después surgieron los restaurantes y algunos ya comían fuera, aunque la mayoría de la cocina se seguía haciendo en las casas, pero de esta época surge mucha cocina en la cocina de los restaurantes que hoy consideramos clásica o tradicional.

                Y lo que viene después es la popularización de comer fuera, y muchos en casa hacen ( o intentamos hacer) lo que vemos fuera. Y así cocinamos con ingredientes exógenos, con técnicas que hemos visto en tal sitio o tal viaje y aunque te disguste fuertecito, yo consulto igual libros de recetas de cocina latinoamericana o cualquier otro lugar.

                Y se que tampoco te gusta, pero las cosas suceden así: antiguamente el que quería unas lentejas se las hacía en su casa (bueno, su mujer), posteriomente iban a casa de sus madres o abuelas y ahora la gente va a comerse las lentejas fuera, porque ya somos la generación de las madres y no sabemos o no queremos hacer lentejas.

                Eres perfectamente consciente, aunque no te guste, que estamos viviendo un tiempo parecido a la revolución industrial, con todos los cambios socioeconómicos que conllevó.

                Y por poner un poco de optimismo al asunto, la cultura no desaparece, se transforma. Igual que el latín no desapareció sino que se transformó en decenas de otras lenguas, como la que estamos usando ahora mismo, que a la vez se transformará en otras.

                Y en la cocina igual. Me imagino a un Jose protogaúdaro protestando con el puño al cielo como el abuelo de los Simpson, porque alguien había metido tomate en el gazpacho y se estaba perdiendo la cultura. Nada se pierde, todo se transforma (Drexler).

                P.D. Discrepo en parte con tu nota. En lo que conozco de Asia y Latinoamérica se come mucho fuera. Pero mucho, mucho.

                • el 12/01/2025 a las 16:41
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                  … estaba dando tiempo a que @aurelio pasara esto a hilo de los foros 😜

                  Y sigo disintiendo fuertesito.

                  Para sorpresa de nadie el mundo, la vida real, no es IG, no es Youtube… Incluso no es Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao, A Coruña… Roma, París, Nueva York, como decía la antigua canción.

                  En cuanto sales de los centros urbanos, resulta que las personas (que no gente) pueden ir a comer a casa, y en casa comen, y en casa cocinan. Y cocinan… pues lo que es habitual en su zona, cultura y según van pudiendo con lo que tengan disponible. Sí, cocinan sus propias lentejas. ¡¡ Flipante, cocinan !!

                  Sorprendentemente nuestro mundo urbano no es el centro del universo, y lo que viajemos veamos y leyamos pues nos lo llevamos al saco, pero tiene la validez justita una vez que salimos de la M-50, y para caer en la siguiente carretera de circunvalación de otra urbe.

                  Cronuts, cruapanes, ramen y baos… tienen las patitas cortas. Como la chorrotada de balsámico. Algunas cosas se integran culturalmente; como pizzas, hamburguesas, perritos, kebabs, arroz tres delicias… ¡ y la carbonara ! Como se añadió el tomate al gazpacho, y la patata al puchero.

                  La inclusión de elementos, técnicas, alimentos, el bendito mestizaje ocurre, como con la tecnología, por adopción, cuestión que no ocurre sin más, de forma líneal, por un único motivo, y en poco tiempo.

                  Nope, IG y demás redes, y nosotros, no somos tan importantes ni determinantes. ¡ Ni siquiera Capel !

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