El pan, de casi sagrado a desconsiderado

Llevamos años clamando en el desierto sobre el deterioro progresivo  de la calidad de nuestros panes de cada dia

 

Siempre el pan se trató con respeto, se aseguraba  hay que besarlo si cae al suelo, haciendo una cruz en él posteriormente, para alejar los males. Por ello el poeta Vicente Medina escribía:

El pan no se tira,

porque está bendito.

 

Se coge y se besa…

Hace el pan la madre,

y se hace en él una cruz al heñirlo.

E incluso:

 

• En Navarra los novios guardaban un trozo del pan de la boda para evitar que en el futuro surjan discordias.
• En algunos lugares de España para las bodas, se amasa con harina de las familias de los contrayentes, amasando las mozas invitadas a la boda el mismo, en algunos lugares de Toledo.
• Hubo una costumbre ya perdido en España y Portugal, que era de la de invitar la novia casa por casa repartiendo pan.

Pero, llevamos años clamando en el desierto sobre el deterioro progresivo  de la calidad de nuestros panes de cada dia.

 

Y no es que sea un alimento caído  en el olvido, pues del 90% de la población consume pan a diario, siendo  uno más de nuestra familia en el momento de sentarnos en la mesa,  no se concibe su ausencia  en nuestros menús y por tanto en nuestras vidas.

Tan presente en nuestras vidas, como los comentarios que suscita: el pan está como goma, no encentro un pan digno, en los restaurantes no cuidan el detalle del pan…..

 

Muchos factores se citan como culpables, como son la falta de masa madre, la ausencia de bregado en su elaboración y otros menos aludidos, pero quizás el dichoso ahorro sea el culpable de fondo , como puede ser la calidad de las harinas empleadas en su elaboración.

Al final la diferencia es evidente:  el pan de nuestro cada dia, le falta que se le confiera más sabor, más aroma y sobre todo una mejor conservación.  Quizá,  me atrevo a afirmar, a transmitir  la esencia de su zona de origen.

Mala solución tenemos a corto plazo, pero animo a exigir una calidad en nuestro cada dia y mientras tanto,  consumir  si están  a nuestro alcance, los panes españoles amparados por una indicación geográfica protegida (IGP), como son: el pan de Cea gallego, el pan payes catalán, el pan de cruz manchego y el pan de Alfacar andaluz.

 

 

 

 

 

 

 

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