La compré por lo que muchos lo hacemos: por la novedad y por el misterio de la llavecita. Se trata de una ginebra eslovena bastante vulgarzota a mi gusto, cara, cuyo principal atractivo es la presentación. Preciosa la botella, azul oscura, hexaédrica, con una llave incrustada en su base (de ahí su nombre), sin la cual no se puede abrir. El que manda es el que tiene la llave. Sin llave no hay gin tonic… Es bastante anodina en nariz y en boca, como cualquier gin baratillas de las de antes, con ese toquecillo “colonial”, pero colonial de perfume… 😉 Ahí la tengo olvidada, no creo que vuelva a recurrir a ella.
Valoración 2
Relación calidad-precio 1
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La compré por lo que muchos lo hacemos: por la novedad y por el misterio de la llavecita.
Se trata de una ginebra eslovena bastante vulgarzota a mi gusto, cara, cuyo principal atractivo es la presentación.
Preciosa la botella, azul oscura, hexaédrica, con una llave incrustada en su base (de ahí su nombre), sin la cual no se puede abrir.
El que manda es el que tiene la llave. Sin llave no hay gin tonic…
Es bastante anodina en nariz y en boca, como cualquier gin baratillas de las de antes, con ese toquecillo “colonial”, pero colonial de perfume… 😉
Ahí la tengo olvidada, no creo que vuelva a recurrir a ella.
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