La Odisea 2018
Alberto Redrado, copropietario y sumiller del Restaurante L’Escaleta de Cocentaina, organizó en el mismo restaurante una Muestra de Vinos Mediterráneos a la que tituló: La Odisea, Muestra de Vinos Homéricos. El propio título de La Odisea ya nos hacía intuir parte de la reivindicación y propósito de Alberto al organizar este evento.
La Odisea escrita por Homero en el siglo IX a.C. narra el regreso de Ulises a su añorada isla de Itaca, después de la guerra de Troya. Un largo y penoso viaje en el que le suceden una serie de acontecimientos que requieren de tiempo y esfuerzo para superarlos.
Algo parecido sucede hoy en día con los vinos mediterráneos. Ponerlos en valor supone numerosos obstáculos, trabas y complicaciones, es decir, una verdadera Odisea. De ahí el título de la Muestra.
Mesa redonda para empezar
A las 10 de la mañana nos citó para comenzar La Odisea con una mesa redonda. Los vinos del mediterráneo, identidad, fuerzas y debilidades ante los retos del entorno y del mercado. Mesa redonda moderada por el propio Alberto Redrado y con los siguientes ilustres ponentes. Juan Carlos López de Lacalle de Bodegas Artadi, El Sequé y Artazu. Borja Beneyto de Brandelicious. Quim Vila de Vila Viniteca y José Antonio Navarrete de Quique Dacosta Restaurante.
Una acertada y multidisciplinar composición la de la mesa. Un bodeguero, un profesional del marketing alimentario, un distribuidor de vinos y un sumiller para poder debatir e ilustrar la realidad actual. Aportando cada uno desde su posición y punto de vista los cambios a realizar, para poner en valor a los vinos mediterráneos.
Los vinos del mediterráneo, identidad, fuerzas y debilidades ante los retos del entorno y del mercado
Juan Carlos destacó la Naturaleza y el carácter de las personas, como la gran potencialidad del Mediterráneo. A la vez, apreció la debilidad que supone catalogar un vino como mediterráneo sin más, deseando una mayor concreción, apostando por la zonificación. Por último quiso evidenciar la gran oportunidad de negocio que representa elaborar vinos con respeto medioambiental.
Borja desde su perspectiva de consultor de marketing y comunicación enfatizó las debilidades de la marca “vinos mediterráneos”, aseverando que adecuadamente reorientadas pueden llegar a ser fortalezas. Haciendo hincapié en ser perseverante y fiel a uno mismo, contando la historia de los vinos y determinando una filosofía de trabajo como el camino adecuado para poder a llegar a consolidar una marca, hoy por hoy, de escaso prestigio. Destacó la comunicación en las redes sociales y el desarrollo del marketing digital como potentes herramientas para valorizar la marca, abogando por la unión de productores y por la reivindicación de la marca por parte de personajes socialmente relevantes en las redes.
Quim Vila, uno de los grandes distribuidores de este país, apuesta claramente por la innovación, la promoción y la comunicación sin prejuicios ni demasiados límites si se pretende encumbrar a los vinos mediterráneos. Piensa que la riqueza de variedades y terroirs del Mediterráneo es su principal fortaleza y discrepa con Juan Carlos sobre zonificar en áreas de bajo prestigio vinícola (como es el caso del Mediterráneo) como herramienta para valorizar. Apunta como uno de los principales problemas para el consumidor encontrar bajo el mismo paraguas de marca tanto a grandes operadores con mucho volumen pero poca calidad, como a otros más pequeños que si actúan bajo parámetros de calidad.
José Antonio Navarrete, como sumiller y prescriptor, observó que el cliente hoy en día no demanda productos globales, requiere concreción y singularidad. Por todo ello los vinos mediterráneos deben ser representativos de la zona donde nacen, no son ni deben ser estrechos. Deben estar elaborados con variedades identitarias u autóctonas y que expresen el terroir a través del prisma de su hacedor.
Una vez expuestas todas las opiniones de la mesa, llegó el turno para las preguntas y posterior debate por parte del público asistente. Con opiniones como la de Joaquín Prieto, copropietario y jefe de sala del Restaurante Sents quien apuntaba que, tal vez, una de las razones para que hoy en día el público guste cada vez más de vinos atlánticos, más ligeros y ácidos, puede ser derivada del tipo de gastronomía que ofrecen los restaurantes, una cocina más fina y elegante. Con menús degustación en los que abundan preparaciones elaboradas con verduras y productos del mar que tal vez armonizan mejor con vinos de otras latitudes. O como la del maestro Felipe Gutiérrez de la Vega que desde su experiencia lo atribuye como a una moda y habrá que esperar a que cambie el ciclo.
Concluyó Alberto Redrado está interesante mesa redonda, cuyo tema central desde luego da para muchas más. Reivindicó que los vinos mediterráneos muestren su identidad, donde nacen y de la variedad que proceden, sin desnaturalizarse. Resaltando que la madurez y la sapidez características de los vinos cálidos, no tienen el porqué estar reñidas con la elaboración de vinos finos y elegantes como los que elaboran las bodegas que Alberto invitó a esta primera muestra de vinos homéricos.
Muestra de Vinos Homéricos
Alberto consiguió reunir a un interesante elenco de poco más de 20 bodegas del arco mediterráneo procedentes de España, Francia e Italia. Y por otra parte también consiguió que los asistentes fueran verdaderos apasionados del mundo del vino. Me pude encontrar en la Feria con otros bodegueros como público, cocineros, sumillers, distribuidores o simples aficionados como era mi caso.
Mis estaciones fueron:
La primera visita fue para el amigo Rafa Cambra de Fontanars dels Alforins. Cada vez me gustan más sus vinos especialmente el Forcallà, un ejemplo de buen vino, elaborado con una variedad recuperada y a un precio muy competitivo. Además probamos su Arco, Monastrell…
Château de Pibarnon de Bandol. Donde tuvimos la oportunidad de probar todos sus vinos, blancos, rosado y tintos. Buenos, muy buenos sin excepción. Increíble el paisaje donde crecen estos vinos.
Sorprendentes y complejos los vinos dulces viejos de Domaine du Traginer de Jeff Deu.
Un par de intrusos del atlántico se colaron en esta fiesta mediterránea. Cota 45 y La Barajuela, es decir, Ramiro Ibañez y Willy Pérez (por indisposición lo sustituyó su distribuidor Joan Calatayud de Celler Ca L’Arnau) quienes mirando a los suelos, rescatando antiguas prácticas e introduciendo otras nuevas, están elaborando lo que algunos han venido a llamar “El nuevo Jerez”. Fueron invitados a esta muestra de vinos mediterráneos porque son vinos sabrosos, que reflejan su origen y porque también provienen del “caloret” Jejeje… Interesantes vinos, evidenciando el pago de procedencia y elaboraciones peculiares. Tuve la fortuna de probar toda la gama que allí ofrecieron. Un gusto.
Los insuperables moscateles y fondillones de la huerta de Alicante del maestro Felipe Gutiérrez de la Vega.
Los sabrosos cannonau que precisamente probé este verano en el transcurso de mis vacaciones en Cerdeña de la mano de la simpática Janny de la bodega de Giuseppe Sedilesu.
Azienda Agrícola Scacciadiavoli desde la Umbría en Italia. Liù Pambuffetti presentando sus curiosos e interesantes vinos de la variedad Sagrantino. Muy fresco su espumoso rosado, vinoso y vegetal.El Celler Bàrbara Forés, ejemplo de respeto a la tradición familiar elaborando vinos que expresan el paisaje, recuperando prácticas ancestrales al elaborar vinos brisados y poniendo en valor a las variedades autóctonas como la Morenillo.
Sara Pérez y René Barbier, segunda generación de los fundadores del resurgimiento del Priorat, unidos por el amor y por los vinos. Nos presentaron algunos de los vinos que elaboran. Los inequívocamente mediterráneos “vinos de finca” de Clos Martinet y los de Venus La Universal. Un placer hablar con René sobre las últimas cosechas y la influencia de la climatología en sus vinos.
Los “viñadores” Laura Ramos y José Ángel dos de los cuatro integrantes de Envínate, también estuvieron presentes para presentar su Albahara una garnacha tintorera de la zona de Almansa complementada con Moravia agria para aportarle un toque de acidez y frescor. De trago largo, se bebe sin darse uno cuenta.
Recaredo y Can Credo, ejemplo de respeto por la naturaleza hasta tal punto de implantar en sus campos la agricultura biodinámica desde el 2006. Y todo un ejemplo de filosofía de trabajo, sólo elaboran cavas brut nature de añada, de sus propios viñedos, crianza con tapón de corcho natural, degüelle manual… Todo ello les lleva a elaborar unos de los mejores espumosos de este país. Disfruté muchísimo el equilibrado y delicioso Reserva Particular y el cañero Turó d’en Mota.
Un gusto hablar con José María Vicente de Bodegas Casa Castillo, uno de los elaboradores de monastreles más finos y elegantes. Sabe respetar como pocos el carácter de la variedad y la singularidad de cada una de las parcelas para llevarlas a un justo equilibrio de concentración. Uno de los grandes intérpretes de la Monastrell y un excelente espejo en el que mirarse.
Bodegas y Viñedos Ponce con un amplio despliegue de su extensa gama. Recuperando viñedos viejos de Bobal, Monastrell y Albilla para elaborar vinos intensos y sabrosos a la par que finos y elegantes. Situando a la Manchuela en la senda de los vinos de calidad.
Bodegas Mustiguillo principal responsable de la puesta en valor de variedades denostadas como la Bobal y también en cierta medida de la Merseguera. Fue un gusto, una vez más probar sus vinos aunque eché en falta la presencia de su imponente Quincha Corral.
Y al resto de bodegas no llegué y seguro que eran del máximo interés como todas las visitadas pero la vida no me dio para más…
Catas paralelas
Paralelamente a esta muestra se celebraron tres catas para un reducido grupo de asistentes:
Por la mañana la de Vocación e identidad del Marco de Jerez a cargo de Ramiro Ibañez.
A primera hora de la tarde la de René Barbier ¿Conocemos el Priorat? Pasado, presente y futuro.
Y a última hora de la tarde la impartida por José María Vicente con el título ¿Nuevos viejos vinos mediterráneos? La evolución de la viticultura regresando a la tradición.
Aunque todas ellas me parecieron sumamente interesantes y tuve la oportunidad de inscribirme con antelación, en esta ocasión decidí centrarme en la muestra y poder tranquilamente catar gran parte de todo lo bueno que allí se ofrecía.
Estupendo colofón
A media tarde quien quiso pudo reponer fuerzas con una amplia degustación de quesos artesanos de la mano de La Lechera de Burdeos y de los jamones ibéricos de Guijuelo de Castro y González. Vino, jamón y queso… ¡Quién da más!
¡Qué se repita!
Me gustaría que esta iniciativa de Alberto Redrado se convirtiese en una Muestra de Vinos recurrente, con frecuencia anual. Porque me pareció una reivindicación necesaria, porque me gustó la selección de bodegas invitadas (aunque no me importaría que en próximas ediciones sean otras igual de interesantes), porque estuvo bien organizada, porque fue una feria/muestra tranquila muy disfrutable sin aglomeraciones ni agobios, porque soy un egoísta y me queda muy cerca de casa y por otros muchos porqués…
¡Espero con ansias una nueva edición de La Odisea en el 2019!
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José, muy interesante, te voy a pedir muchos consejos sobre vino, me temo ¡
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