O de por qué un perro verde
“Solo se vive una vez,
pero si lo haces bien, una vez es suficiente”
-Mae West-
Ya de niña, regentaba con mi hermana una carnicería con chorizos y morcillas de plastilina. Solo tenía dos colores, verde y azul.
No resultaba sencillo ser un perro verde.
Hacía un cucurucho con un folio y echaba dentro la demanda, mientras voceaba para animar a otras clientas. También despachaba sardinas cuando nadie vigilaba las pinzas de tender.
Pero antes de empezar la faena, sujetaba en la pared un cartel con celo que decía algo así como “todos nuestros cerdos han muerto de viejos”.
Ha llovido mucho desde entonces. Sucede sin darte cuenta, un día echas abajo la persiana y jamás vuelves a abrir.
Ya no me dedico a la mayoría de las cosas que era de niña. Entonces, puedes serlo todo.
(La pregunta, quizás, debería de ser esa. Qué quieres dejar de ser de mayor).
Pero conservo una. Soy Perro verde.
Muchos son los motivos que te pueden llevar a serlo.
Algunos hacen pensar en algo casi innato -como mi carnicería- pero otros, suceden cuando sencillamente, eres incapaz de mirar hacia otro lado.
Cuando te das cuenta de que eres ajeno a lo intrascendente y que lo trascendente, te hace ajeno.
Como dijo John Berger, solo vemos aquello que miramos. Y mirar es un acto de elección.
Entonces hay que llevar el hocico hacia el lomo para ver lo que no miramos. Y elegir.
Después, toca emprender un camino sin baldosas amarillas ni hoyos donde meter la cabeza.
Ahora, el tiempo va poniendo las cosas más fáciles. Ya no sorprende a casi nadie que hayas tomado la decisión de no comer animales y parece difusa la frontera que te separaba de la cordura, como si tan solo hubiese sido una línea de tiza dibujada en el suelo.
Aún con todo, no sorprende oírse las típicas preguntas de ¿y pollo?, ¿ni jamón?, pero pescado sí o tampoco.
Seguidas de argumentos que se me antojan poco amistosos como:
Pues es que yo no podría vivir sin jamón, mira que te estás jugando la salud o los animales están para eso (ésta última es la que más me gusta).
Pero antes de rasgarme las vestiduras y sacar la artillería pesada,
(he sido bastante descastada -confieso- y la pregunta de no comes nada de carne mi respuesta estrella fue; sí, claro. Pero muerta, no).
y como no siempre es posible eludir una pregunta incómoda, para romper un delicado momento a golpe de franqueza, nada más infalible que el silencio.
Esa bruta conquista sin palabras, quieras que no –Calladita estás más guapa, que decía mi padre.
Así, con la procesión muy adentro recuerdas las palabras de Groucho, “Partiendo de la nada hemos alcanzado las cotas más altas de la miseria”. Como cuando sacan a hombros a un torero.
No es difícil caer en el error de que lo incorrecto es patrimonio de las minorías, pero lo cierto es que el acto delictivo de leer, de pensar y de sentir hace que todos esos argumentos degeneren.
Que todo lo que provenga de lo tradicional no signifique necesariamente correcto, ni progreso, ni identidad.
Pensar. Hacer un acto de elección, es el nuestro. El humano.
No sé si las demás especies pueden hacerlo o no, pero lo que sí sé es que pueden sufrir.
Y el sufrimiento es una noción más amplia que el dolor.
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”Qué quieres dejar de ser de mayor”, qué gran manera de definir la madurez!!!!Te la copio !!!!! El ser humano es ser humano-( al parecer de la antropología) por la ingesta de proteinas animales q permitió q la gran energia q demandaba un cerebro superior fuera satisfecha. Es decir nosotros somos lo q somos pq no eramos vegetarianos. La naturaleza es terriblemente ”cruel”, no existen derechos, solo existe un deber: la supervivencia. Creo q hemos creado una naturaleza q no tiene una realidad fisica tan solo moral. Algo q justamente no tiene la naturaleza. Lei un libro el año pasado fantástico, Ana, q no me canso de recomendar : ” El dilema del omnivoro” de Michel Pollan. El titulo confunde , no es un canto al mudno omnivoro, es un concienzudo y amenisimo análisis sobre la alimentacion humana actual. Creo q te interesará, Ana. Lo q es indudable es el crecimiento del número de gente c q no come animales muertos , al menos en las nuevas generaciones. Gran post Ana! Es un placer leer sobre vegetarianismo sin q medien gruesas lecciones morales hacia los omnivoros, y aun mucho mejor si como en tu caso parten desde la belleza literaria… Leer más »