Esta elaboración es un éxito seguro, el maridaje de los ingredientes son perfectos, el marisco con el coco, el toque crujiente de la salicornia con el pepino y el rábano mezclado con la acidez de la frambuesa. ¿Qué podría salir mal? nada, por si fuera poco luego viene la cabeza del carabinero jugosa y calentita para cerrar el círculo del placer gastronómico.
Receta pensada para un pequeño entrante, se sirve en dos tiempos, una primera degustación de la cola tibia y en segundo turno la cabeza, que se sirve caliente y simplemente a la plancha.
Ingredientes para dos personas:
- 2 carabineros
- 150 gr de almendra cruda
- 1 bote leche de coco “no dulce”
- 1/2 vaso de agua
- 4 o 5 cucharadas de vinagre manzana
- 1 o 5 cucharadas de aceite de oliva
- 1 trozo de pan duro
- 1/2 ajo
- 1/2 pepino
- 5 ramitas de salicornia
- 1 rabanito
- 6 frambuesas
- 2 cucharadas aceite de sésamo
- 1 cucharada vinagre de frambuesa
- brotes de rábano y mandarina
A tener en cuenta
La ejecución de la receta consta de dos partes importantes y bien diferenciadas, la primera sería realizar un ajoblanco de manera tradicional, pero sustituyendo el agua por la leche de coco, esto lo cambia todo ya que la espesor del coco es mayor que la del agua, así que nos ayudamos de algo de agua para aligerar la preparación, en esta parte también es muy importante lo “fino” que dejemos el ajoblanco, así que pasarlo sin miedo por cuantos tamices tengáis para obtener una preparación lo más lisa posible. Tener en cuenta que lleva almendra y dependiendo de cuanto esté triturada esta pasará mejor o peor por el tamiz, siempre nos quedará esa textura de almendra en boca, no hay que preocuparse porque es lo que buscamos. A vosotros de darle el aliño que más os convenga, para mi gusto debería ser ligero de vinagre y de ajo. Los pequeños puntos de aceite de sésamo son extremadamente importantes, le darán aún más ese toque exótico que buscamos; muy importante aquí proveerse de una pipeta.
La segunda etapa importante es la cocción de la cola, debe quedar nácar por dentro, hay muchas maneras de cocinarla, esta es muy sencilla y permite vigilar la cocción en todo momento; importante, si al emplatar la cola se ha quedado con forma arqueada y no podéis extenderla fácilmente, nada más sencillo que precortarla por debajo en 3 o 4 trozos, lo justo para que se extienda sin problemas, además facilitaremos la degustación.
Es de vital importancia los aliños y las temperaturas, por lo que aliñaremos bien los conos de frambuesa con vinagre de frambuesa (no una solo gotita, sino varias, sin que se derrame) así como los brotes de la cola, nos servimos si tenemos de una pipeta, sino pues, con la punta de una cuchara. Con respecto a las temperaturas, la cola tibia y los ingredientes que la acompañan a temperatura ambiente. La cabeza a la plancha como siempre se ha hecho, dejamos un poco de carne al cortar la cabeza para que nos sirva de tapón de los jugos, no os cortéis en calentar platitos en el horno para que se conserve caliente mientras nos comemos la cola.
El porqué de la elección de estos sabores
Cada vez aprecio más el marisco cocido a justa temperatura, y por el contrario no hay nada más rico que el sorber una cabeza de carabinero bien calentita, así que lo mejor será separarlas y jugar con ellas. La cola, con ese sabor a marisco, se endulza con el ajoblanco de coco de manera untuosa, al llevarla a la boca el pepino y la salicornia le dan ese toque crujiente y a la vez marino, el sabor terrestre se ve reforzado por los ligeros brotes. Como en otras preparaciones pensamos en los “bocados” que se degustarán en nuestra elaboración y cada uno de ellos debe de estar completo de sabores e ingredientes. Entre bocados, limpiamos la boca de la untuosidad anterior con el rábano y la frambuesa ácida. ¡No me digáis que no es una locura!. Por último y para dejar un recuerdo imborrable sorbemos la cabeza del carabinero calentita con ese toque de sal que abre nuestras papilas al máximo.
Espero que disfrutéis haciendo esta receta, tanto como yo, no dudéis en dejar vuestros comentarios, inquietudes y sugerencias.
Siempre se puede hacer mejor y siempre se puede hacer diferente.
Bluffant
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Brotes. Nunca terminaron de convencerme, por eso no los he usado casi nunca. Tendré que buscarlos; mañana hablaré con mis proveedores… ¿Dónde sueles comprarlos?
Aparte del aspecto estético, ¿lo consideras imprescindible? ¿Habría una alternativa?
Gracias @bluffant
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