Cakes and Bubbles
Dirección: 70 Regent Street London W1B 4DY
Teléfono: +44 0 20 7406 3310
Tipo de Cocina: pastelería gourmet y vinos espumosos
Precio de la experiencia: 47.25 libras por persona.
Escapada a Londres
Los Reyes Magos tuvieron a bien traerme un viajecito a Londres. Mi regalo de Reyes diferido coincidió con el solsticio de verano.
Además de visitar todo lo típico y tópico y comer los imprescindibles Fish and Chips, Roast Beef y disfrutar de un típico desayuno inglés, me permití este pequeño capricho que ahora os cuento…
Entorno de lujo
Está ubicado en los bajos del exclusivo hotel Café Royal en la céntrica Regent Street, a un tiro de piedra de Piccadilly Circus.
Decoración de corte clásico pero actualizado. Mármol, cuero, dorados,… el conjunto me gusta. Dotado de mesas redondas y sillas muy confortables. Una barra lateral separa Cakes and Bubbles de la recepción del hotel Café Royal. Constituye todo un remanso de paz y tranquilidad en una calle tan transitada.
Apto para unos 40 comensales y abierto en horario ininterrumpido desde las 11 de la mañana hasta las 20 o 22 horas de la noche, según días.
¿Qué es Cakes and Bubbles?
Se podría decir que es una pastelería (cakes), sin embargo, es algo más que una pastelería. Su oferta se basa fundamentalmente en el ámbito dulce pero también han incorporado últimamente algunas creaciones del espectro salado. Además ofrece vinos (y otras bebidas) con que acompañar la parte sólida. Se especializa en espumosos (bubbles) principalmente en champagnes. No llega a ser un restaurante como tal pero yo diría que va camino de serlo.
Cakes and Bubbles es un concepto inspirado en La Dolça, el espacio dulce de su restaurante Tickets, donde se pueden degustar postres tanto del restaurante Tickets, como de El Barri, ambos del grupo hostelero de los hermanos Adrià.
Regreso al origen
Albert Adrià fue considerado el mejor pastelero del mundo por The World’s 50 Best Restaurants. Con la apertura de Cakes and Bubbles el pasado mes de noviembre retoma la pastelería. Supone su primer negocio fuera de España y, si esta aventura londinense funciona, considera replicar esta propuesta en otras ciudades del mundo.
Para emprender este negocio, Albert Adrià ha contado con la colaboración y entusiasmo de David Gil, jefe de creatividad en pastelería del grupo hostelero familiar de los Adrià. David es poseedor del título al mejor maestro chocolatero artesano de España en la edición de 2015.
¿Qué comer y beber?
La oferta sólida es básicamente dulce, hasta unas quince propuestas distintas. Y se complementa con media docena de elaboraciones saladas sencillas del tipo sándwich, pizza, tartare… Además de la carta ofrece un menú degustación que sale por 29.50 libras y si lo acompañas de una copa de champagne de la casa (Sophie Baron Brut Gran Reserva) por un total de 42 libras.
Para beber, ofrecen fundamentalmente champagne, pero también cavas y otros espumosos. Algunos vinos tranquilos y especialmente dulces y fortificados como armonías que mejor pueden encajar con su oferta sólida.
Según entendí, es posible comprar para llevar todo lo que allí se ofrece.
Menú degustación
Organizado en cuatro pases:
El primero: Tres pequeños bocados:
Flor Helada de Chocolate y Coco. Un clásico de Albert, una filigrana elaborada gracias a la utilización del molde de las flores fritas típicas de La Mancha y de Extremadura con la ayuda del nitrógeno líquido. Hay que comer pronto para evitar se deshaga. Interior de coco y exterior de chocolate almendrado. Se complementa con cuatro gotas de gel de fruta de la pasión sobre las que se posan pequeñas porciones de hojas de hierbabuena. Demostración técnica al servicio del sabor y equilibrio.
Corcho de Chocolate. Trampantojo simulando un tapón de corcho de una botella de vino. La capa exterior está elaborada con un bizcocho cocido al vapor de café, logrando así mayor esponjosidad. Relleno de una mouse de chocolate negro y una praliné de avellanas. Textura mórbida en su conjunto tan sólo interrumpida por algunos crujientes del interior. Siendo el pase más goloso, lo es en su justa medida.
Malvavisco de fresa y chocolate after eight. Nube (golosina de consistencia esponjosa similar a un merengue italiano) de fresa y menta pintada con chocolate negro, todo ello sobre un disco de chocolate para darle estabilidad. Una creación ligera y equilibrada entre ácidos, balsámicos, amargos y azúcar.
Segundo: Ensalada tailandesa de pomelo con papaya, naranja y hierbas asiáticas. Fresca, muy fresca de corte ácido, buenísima, adictiva. Yo la hubiese servido en primer lugar.
Tercer pase: Flan de huevo dorado con caramelo. Su particular versión y presentación de uno de nuestros postres patrios más emblemáticos. A los ingredientes tradicionales de leche, huevos y azúcar le añade una capa en el fondo de gelatina de maracuyá con la finalidad que la acidez de la fruta limpie el paladar de la golosidad propia del flan. Impecable de textura y sabor. Tremendamente vistoso.
Y el cuarto: Cheesecake. Precioso trampantojo simulando un pequeño queso de pasta blanda. La corteza, de factura perfecta, está elaborada con avellana y chocolate blanco. Para elaborar el relleno utilizan Baron Bigod, un queso inglés tipo Brie cremoso y de maduración suave elaborado con leche cruda de vaca Montbeliarde. Textura muy cremosa como se aprecia en la foto y repleto de sabor. Justo al límite de mi tolerancia quesera.
Viene acompañada de cuatro galletas de mantequilla.
A modo de conclusiones
Cakes and Bubbles nos ofrece una repostería fina y ligera sin renunciar al sabor. Una propuesta llena de imaginación y creatividad, que supone un alarde del dominio de las técnicas de alta cocina.
La mayoría de sus creaciones suponen una actualización de recetas tradicionales, ajustando al mínimo las grasas y limitando el azúcar para dotarlos de toda la ligereza posible pero sin perder un ápice de sabor. Se consiguen así elaboraciones livianas y nada empalagosas. Queda prohibida la contundencia y la pesadez en esta casa.
Por otra parte supone una oportunidad para los “winelovers”, al poder disfrutar de una buena selección de champagnes por copas o botellas. Eso sí, a precios de Londres.
No dudaría en volver a visitar Cakes and Bubbles si regresara a Londres
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Virgencita!!! pues Londres será muy bonito, pero a un servidor le ponen más otras capitales, pero lo que si me encanta es el dulce!! Así que cuando visite Londres intentaré ir, porque seguramente tendré que poner el pie alguna vez allí (de nuevo). Me parece una propuesta muy interesante, creo que este tipo de locales se irá poniendo de moda, locales donde solo se sirve dulce y bebidas al compás. Creo que vi en Netflix un documental de un restaurante que solo sirve postres, así que te vas a comer donde te plazca (incluso en casa) y luego te tomas un postre gourmet con una buena bebida de acompañamiento. Yo si lo veo, aunque quizás es un poco temprano, pero lo veo.
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