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El Rincón del Convento es un delicioso y rústico complejito hotelero compuesto por: Hostal rural + Restaurante + Taberna, ubicado en el norte de Burgos, Raíces de Castilla, en La Muy Leal y Valerosa Villa de Oña. Ocupa íntegramente un antiguo edificio con solera frente al Monasterio, edificio que fue reformado hace unos años con mucho criterio, manteniendo gran parte de los elementos originales. Decía que se encuentra frente al Monasterio… y por el lado trasero frente a otra institución del pueblo como es Embutidos Mari Paz (las mejores morcillas del mundo).
Las habitaciones son una maravilla, el restaurante lo he frecuentado poco, viendo como se cocina aquí estará de miedo seguro (y es precioso)… pero en esta sección de TTTs vengo a hablar del bar, de la taberna, esto sí lo he frecuentado… y mucho.
Aunque el centro neurálgico de Oña es la Plaza del Ayuntamiento, casi diríamos que la terraza, las mesas altas de la puerta y la taberna de El Rincón del Convento conforman el testigo de la “vidilla” de esta soberbia e histórica villa.
Los propietarios, José Luis y Vero, son unos trabajadores infatigables, por lo cual abren de sol a sol y casi todo el año, acogiendo a multitud de parroquianos y turistas patrios. Unos al desayuno, otros al almuerzo, otros al apertitivo, otros a comer, al tardeo, a cenar, a la copa… siempre hay un gran ambiente. En “horas punta” lleno hasta la bandera, pero con el equipazo que tienen en barra, sale todo rápido y en condiciones.
¿Y qué comer? Pues todo está rico, pidas lo que pidas acertarás. La barra, a media mañana es que da gusto verla, atiborrada de pinchos, tortillas y roscas varias.
Yo sin duda me quedo con dos cositas:
– La tortilla rellena: brutal, es mi desayuno favorito, Vero es que la borda. Es una base de tortilla de patata, una capa de txaka con mayonesa, un fino sombrero de tortilla de bonito, y una anchoa coronándola. “Bulebú”, como diría el casta de Jose Luis.
– Las roscas: Se trata de unos panes en forma de roscón que Vero rellena de diferentes modos y posteriormente los parte en raciones. El pan es una locura, tostadito, textura cristal pero más grueso. Y los rellenos… Yo mato por el de pimiento rojo, bonito, anchoa y mayonesa.
Raciones muy ricas también, entre ellas cómo no, la de morcilla, plancha, un deleite, por esta zona la morcilla siempre es buena y además saben darle el punto óptimo de cocción.
Pocas referencias de vinos por copas, pero buenas y siempre en perfecto estado. Yo me suelo decantar por un riberita rosado.
Si visitas Oña (algo que recomiendo encarecidamente) tienes tres tareas gastronómicas ineludibles: comprar morcilla en Embutidos Mari Paz / tomarte unos vinos con algo de lo comentado en El Rincón del Convento / cenar en Blanco y Negro.
Te aseguro que te lo vas a pasar de miedo.
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