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Me encanta que los planes salgan bien (meted ahí el careto de Hannibal Smith, sonriente y puro en boca). Y aun más cuando me los salto 😉
Que mi plan esa mañana, en que dejaba la ciudad, era pasarme un momento por el centro a hacer la última compra y ponerme en ruta. Y, ya de paso, desayunar. Pensaba en pasarme por “La guapa”, junto al Mercado de Abastos. Cogerme un cucurucho de churros y encaminarme al cercano Bar Brim, donde de buen y natural grado es costumbre que vayas con ellos. La Guapa hace churros, y no café. En el Brim ponen cafés, y no churros. Simbiosis gaditanas. Lo dicho, que ese era mi plan. Pero justo venía de aparcar y llegaba por esa calle, vi los platos de churros que salían… y soy un alma debil 🙂 Que además caí en la cuenta de que nunca había parado en esa cafetería, porque suelo pasar por la zona a deshora desayunística. Pues nada, plan que se va, plan que entra.
Es un local bien hermoso. Afortunadamente clásico, sin caer en la ranciedumbre en modo alguno. Barra enorme en forma de U. Muchas mesas, y además la terraza, que da tanto a la Plaza de las Flores como a la del mercado.
Camareros diligentes a ritmo trepidante. Bastante paisanaje local, algún “tourista” despistao buscando aguacate y salmón, y algún turista “incidental”, como yo.
Salen los desayunos a ritmo. Dos cafeteras a todo lo que dan. La chocolatera también lleva un ritmo sandunguero. Tostadas, barritas, molletes con rellenos o sin. ¡ Y churros ! Que los churros los hacen ellos y van saliendo también a buen ritmo y según se van pidiendo, nada de churros “preventivos”. Y la ración generosa, como podéis ver en la (mi) fotografía. Desayunos sin miserias, y un café de los clásicos bien solvente.
Pues este desayuno fueron unos dicharacheros 2,8 EUR
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Vaya churracos! Hace tiempo que no me apreto unos buenos churros
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Al menos una vez al mes me doy el capricho proletario 🙂
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