Lair

  • Inicio una segunda serie de artículos con un tema muy querido: las paradas del mercado. Para los que nos gusta la gastronomía, el mercado, el mercado tradicional, es nuestro templo. Uno de mis mayores placeres e […]

    • ¡Ole tú! Que los mercados, primero resistan y después crezcan, es tarea de todos.

      Saludos,

      Jose

      • Tú también tienes mucho que contar. Creo que eres de las personas que más y mejores mercados recorre.

      • Hombre José, un placer leer tu comentario. Sí, bien sabes de lo que hablamos, y es que los mercados tradicionales están en un momento delicado, en una encrucijada entre la modernización, imprescindible, y la conservación de la tradición más vetusta. Es crucial que las asociaciones de vendedores, que gestionan los servicios del mercado, sepan estar a la altura para que no se nos muera poco a poco esa tradición tan bonita de comprar en los mercados de siempre, a donde te llevaron de pequeño y donde llevas a tus hijos.

        • Si no conseguimos que se una la siguiente generación, vamos dados. Y lo cierto es que ya llegamos tarde, muy tarde… Casi una generación perdida en su totalidad. Estoy viendo la gentrificación de los mercados por el método del rodillo. Tristemente es lo que está ocurriendo. El público general es lo que quiere, comprar en el supermercado. Las asociaciones de los mercados no están siendo capaces de cambiar el curso y en otras ocasiones fomentan el pan para hoy. Sigh.

          Saludos,

          Jose

          • Bueno, José, aunque no te falta razón, quiero ser optimista. Veo jóvenes a ambos lados, comprando y vendiendo, y no pierdo la esperanza…

    • Muy bueno Javier, cuando acabes va a ser una enciclopedia de obligada lectura.

      • Gracias Dani. Sí, la Larousse de los mercados europeos… Con una edición cuidada y unas fotos bonitas iría corriendo a comprármelo, o mejor, se lo pediría a los Reyes Magos.

    • Y, por supuesto, las carnes de Palanca son una verdadera locura.

    • Me encanta el mercado central de Valencia, lástima que vivo lejos y solo puedo ir ocasionalmente. Y precisamente Palanca es una de las tiendas donde he comprado más de una vez, tienen un producto cojonudo. En navidades de hecho suelo hacer una escapada desde Ontinyent para comprar para alguna de las comilonas de estos días. A ver si este año continúo con la tradición. Saludos!

      Ferran

      • Además del atractivo arquitectónico, el Mercado Central ofrece una materia prima de primera, por lo que es una suerte tenerlo tan cerca.
        Siempre que visito una ciudad voy a su mercado, porque me gusta y porque habla mucho de la idiosincrasia del lugar.
        ¡Abrazotes!

      • Hola Ferran, encantado de leer tus comentarios.

        No hace falta ser comprador habitual para disfrutar de la visita a un buen mercado, basta ser un gastrónomo. Otra cosa son los turistas, a veces difíciles de encajar sin que interfieran en las actividades normales.

        Sí, hombre, sólo la visita a lo que yo llamo el “Triángulo de las Bermudas” del Mercado Central (Palanca -Manglano – Uno), ya vale la pena…

        [Lo llamo así porque en casa me dicen que se me ha tragado la tierra cuando se me pasa el tiempo hablando con Natalia, Nacho y Rafa]

    • Te felicito por tu artículo Javier.
      Efectivamente, la visita y disfrute de un mercado es algo especial. Si visitas el mercado de cualquier población una dia entre semana a media mañana, da una idea bastante ajustada, sobre muchos detalles sociales de dicha localidad.
      Muchos mercados están desapareciendo o languideciendo, ante la competencia de las grandes superficies y la falta de iniciativa de los comerciantes locales, aunque las instituciones están relanzado y modernizando muchos, al darse cuenta de lo importante que es dinamizar el centro de las poblaciones.
      Como bien describes, que grande es el visitar estos mercados, sin necesidad de comprar, hurgando con la vista en cada puesto, admirando por ejemplo, los primeros productos de cada temporada y si se tercia, se compra algo, montando en nuestra cabeza una posible elaboración en nuestras cocinas.
      Un saludo.

      • Muchas gracias, Gabriel.

        Sí, los mercados tradicionales necesitan un empujón de las administraciones para no languidecer a la sombra de las grandes superficies. Algo que, por cierto, también ocurre con los pequeños comercios locales. Estamos en una encrucijada en la que cada uno tiene que encontrar su lugar, porque todos caben.

        Saludos cordiales.

    • Aúpa Javier!
      Me encanta esta nueva línea de post.
      De tu mano iré conociendo los mercados, los puestos, su historia, su gente y sus productos. Y luego iré a comprar lo que usté ordene y mande, faltaría más 😉
      Empiezo mañana mismo comprando buey Valles del Esla en Palanca del Mercado Central Valencia.
      Un abrazo

    • Enhorabuena por el artículo Javier. En el medievo de los procesados y artificios en general, los mercados que aún resisten iluminan el camino de regreso a lo que debería ser la normalidad.

      Ojito con el Central de Valencia que determinados días el turisteo se lo engulle y, en mi opinión, lo desvirtúa.

      • Gracias Fer. Sí, el turismo es un problema con el que hay que lidiar.

        Los hay educados y curiosos, excelentes gourmets y buenos compradores. Algunos extranjeros preguntan cómo llevarse a sus países el mejor ibérico, quesos y hasta piezas de carne. Son de los nuestros y se comportan como nosotros haríamos en los mercados de otros países y, por tanto, tienen todo mi cariño, reconociendo y ayuda.

        Y luego están los grupos, que son muy perturbadores de la actividad normal. Para ellos, a menudo, es una simple atracción más. Es ésta la actividad que hay que controlar, pero no podemos cerrar el mercado a nadie. Encontrar el equilibrio y mantener la convivencia es un punto delicado para que no se convierta en una invasión desordenada, lo que ocurre algunos días, como mencionas. Se ve que lo conoces (y lo has sufrido)… A ver si nos vemos alguna mañana y tomamos algo en el Central Bar 😉

        • Pues desconocía ese primer perfil de turista que comentas. Me congratulo.
          Je, je… el Central Bar es un fijo en cada visita al mercado. Da para un hilo esto el de los bares de mercado. Tanto en el del Cabanyal, con su variedad de croquetas o el de Rojas Clemente, incluso para comer a mediodía con su completo menú, son paradas “obligatorias” 😉

  • Hola @ferb, muchas gracias y bienvenido. Espero seguir leyéndote por aquí.

  • El cardo, me encanta el cardo por navidad. También era tradicional el besugo -un buen besugo- al horno.

  • Hola @vindaloo, bienvenido. No hay ningún inconveniente. Obviamente valoramos la producción de calidad que suele ser la más artesanal, pero si te apetece valorar algún producto industrial, no hay inconveniente, y lo único que te sugeriría es que las descripciones y valoraciones procuren ser objetivas y fundamentadas.

    Gracias a ti por participar.

  • Javier de Castro ha cambiado su imagen de perfil. hace 5 años, 11 meses

  • Javier de Castro ha respondido al debate El cachopo en el foro Restaurantes hace 5 años, 11 meses

    😂😂

  • ¡Claro que lo eres! Bienvenido Javier

  • Bienvenido José Ruiz, a mí también me alegra ver que los buenos vais llegando 😉

  • ¡Bienvenido Óscar! Sí, todos valores seguros.

  • Javier de Castro ha respondido al debate El cachopo en el foro Restaurantes hace 5 años, 11 meses

    ¿Comiste cecina o cachopo? Porque a mí el cachopo no me disgusta…

  • ¡Aúpa Jefe de claves! ¿O será de clanes?

  • ¡Gracias Otilio! Ya se te echaba de menos por aquí…

  • Bienvenido, Ramón.

  • Bienvenido, David. Bar Ricardo es un valor seguro.

  • ¡Aúpa Juanma! Bienvenido

  • Javier de Castro ha respondido al debate El cachopo en el foro Restaurantes hace 5 años, 11 meses

    Pues no, Gabriel. El cachopo es algo muy específico del norte. En el Levante es bastante desconocido y en el sur, que yo sepa también. El ámbito de influencia del producto llega hasta Madrid, a lo sumo.

  • El perfil de Javier de Castro fue actualizado hace 5 años, 11 meses

  • Comienzo una serie dedicada a los productos básicos de la despensa con un producto tan popular en todos los hogares como es la leche. Producto básico, alimento completo cuya calidad nutricional estaba fuera de t […]

    • La leche, Javier, lo que sabes de leche!!!

      A ver esas vivencias gallegas que prometes contar…

    • En breve…

    • La seguridad impera, Javier, sobre la calidad. Cuando bebes una “de verdad” te das cuenta del sabor que te pierdes. Recuerdo en Villacastín desayunar dos vasos y mirar prendado la grasa en el vaso de cristal. Y es que, hablando del envase, no hay nada como éste. Sin embargo, la comodidad priva y en esto no hay nada como en brik.
      Miro atrás y no parece tan lejos cuando aquella menuda señora en su Jeep naranja vendía por las calles su leche. Y te hablo de un pueblo-ciudad, ojo.

      • Como decís la seguridad es lo primero, pero creo que ahora se están haciendo cosas “seguras”, que se asemejan bastante a lo que consumíamos de críos (yo me comía la nata, como pa no…) y que se diferencian mucho de las malas leches del lineal. En UHT de lo mejor que he probado es El Buen Pastor y en pasteurizada (más local, claro) disfruto cuando compro Mahala y la dejo “decantar” en el frigo; la saco y se ha formado una capita de nata que me como recordando las leches de la vaquería. Será marranada, pero es mi casa y me dejan, jejeje.

        Javier, danos más conocimiento de leches please!!

        PD: ¿Qué mantequillas de leche cruda compráis? Aquí solo soy capaz de encontrar (de vez en cuando) una francesa…

        • La Baratte du Crémier. Me encanta cuando está un poquito evolucionada sin que llegue a ponerse rancia. He probado otras pero, o no son comerciales o no son fáciles de conseguir, la verdad (o no valen la pena). Recuerdo una espectacular que nos trajo Álvaro Carral (la Jarradilla), pero era una elaboración excepcional, no creo que la comercialicen.

          Jajaja, gracias por el comentario. Pues voy a aguantar un poco la segunda parte porque en unos días me voy de corresponsal a Galicia, así es que voy a actualizar el artículo. No obstante, por si te interesa, esta semana o la que viene escribo sobre queso.

    • Por supuesto, Otilio, eso nadie lo discute: la seguridad es lo primero. Pero la temperatura adecuada de pasteurización (relativamente baja), preserva mucho mejor el sabor y garantiza la seguridad completamente. El problema es que reduce la vida útil y, además, requiere frío en la cadena de distribución. Eso complica mucho la distribución y repercute en el precio. Pero, francamente, compensa.

    • Yo con mis 44 años he conocido en una localidad a 9 km de Valencia, ir a comprar la leche en una lechera, llegar, hervirla y listo, el sabor brutal, a leche de vaca, olor a paja y cremosidad; el sabor tanto de la leche y también (aunque en menos medida) la de la mantequilla, se ha depreciado mucho, hasta el punto de olvidar el sabor real de la misma, la seguridad prima ante todo, pero lo que realmente prima es llegar a cuanta más gente mejor, ganar lo máximo y esto supone alargar la vida los productos a toda costa, no creo que esto lo podamos cambiar, no creo que haya vuelta atrás, si puede existir un grupo determinado de gente que busque la excelencia en el sabor y tengamos mercado para que alguna pequeña empresa lechera abastezca a esos inquietos paladares, pero me temo que estamos en un punto de no retorno y lo creo porque la industria lechera es compleja, grande e intervenida por unos cuantos. Igual me equivoco, eso espero. El año pasado durante un viaje a Asturias me propuse como meta encontrar, buena leche y buena mantequilla, al final encontré una granja pequeña donde pude comprar leche pasteurizada muy buena (que solo tomé yo porque el resto decía que les sabía a VACA) y con esto está dicho todo. El recuerdo del sabor de la auténtica leche está en vías de extinción, como si de un lince se tratase y ese olvido es la vía más rápida para la desaparición de lo que llamamos Leche, tomaremos algún elaborado que proviene de la leche de la Vaca, pero tan modificado que será un insulto ponerle en el paquete “Leche”. Un poco derrotista quizás pero, que pena leches!!!

      • ¡Qué alegría encontrarle por aquí Sr. @bluffant!

        Totalmente de acuerdo. No seré yo quien critique el progreso tecnológico ni las mejoras que ello conlleva, en distribución, precio y seguridad. “El recuerdo del sabor de la auténtica leche está en vías de extinción”: Ese es justo el problema. Tenemos que reivindicar ese sabor auténtico y para ello deben existir productores, ganaderos, pequeñas explotaciones que revaloricen su producto con pasteurizaciones suaves, alimentación cuidada y rendimientos moderados, dando por hecho que siempre se mantiene la seguridad. Yo he encontrado algunas en Galicia y en Cantabria. Pero me consta que les cuesta mucho mantenerse así.

        Un placer leerte, bienvenido.

      • En casa de mis abuelo, en Godella, se vendía leche, teníamos dos vacas y los vecinos venían con las lecheras por la noche a por ella. Me gustaba por el trasiego de gente que siempre había en casa. La vendíamos sin hervir, a no ser que sobrara, que la hervíamos en casa y la guardábamos por si alguien venía por la mañana, aunque generalmente daba para consumo propio y algún queso fresco que elaboraba mi abuela con ella.
        Yo sí he bebido directamente de la vaca, algo que no se debería hacer por riesgo de contaminación, pero oye, sabía a gloria ese sabor tan puro de la leche de vaca.

    • Me has hecho recordar los buenos tiempos de la leche y la nata , muy interesante, estaré al pendiente de las siguientespartes

    • Hay una visión moderna de la leche con una imagen muy deteriorada, el haber logrado con la mejoras genéticas una mayor producción, el estigmatizar la misma por su contendido en grasa y los intereses de comercializar ciertos productos con el nombre de leche seguido con una palabra que denota que claramente no lo es, han generado su declive, tanto en el consumo, como en su precio e imagen.

      Hay un detalles favorecedor de todo esto, y es la cantidad de elaboradores de quesos de calidad que están surgiendo.

      • Sí, Gabriel, así es. Me encanta el queso y me gusta que se elaboren cada vez más y mejores quesos. Sin embargo, es una pena que esto ocurra para añadir valor a un producto que, en sí mismo, ya debería tenerlo.

    • Javier, por favor, haz un pequeño hueco a la mantequilla y al ghee en próximos posts¡¡

      • Soy un adicto a la mantequilla, a la buena mantequilla. Me gusta para desayunar con el pan tostado y en la bandeja de los quesos. Y, curiosamente, la buena mantequilla de leche cruda tiene una evolución espectacular: desde las notas de nata fresca hasta los frutos secos que va sacando cuando evoluciona y se oxida ligeramente… Del ghee me tienes que hablar, lo he probado en platos elaborados, pero no nos han presentado formalmente 😉

  • Javier de Castro ahora es un usuario registrado hace 6 años, 4 meses