Arte de Cozina



Ubicación: C. Calzada, 27
       Antequera (Málaga)
       España
Código Postal: 29200
Teléfono: 952840014
Horario: Cierra domingos noche
Menciones: 1 Sol Repsol
Tipo de cocina: Tradicional
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Web: https://artedecozina.com/
Precio estimado: 65,00€

Valoración media :  
5 stars   1
4 stars   0
3 stars   0
2 stars   0
1 stars   0
5 estrellas de 1 Valoraciones
Cocina 5 5
Servicio 5 5
Local 5 5
Servicio del vino 5 5
Relacion calidad-precio 5 5
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5 comentarios sobre “Arte de Cozina

  • el 23/10/2023 a las 18:50
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    ¡ Qué maravilloso lugar ! No es un lugar en que hagan cocina tradicional, ¡¡ hacen cocina histórica !!

    A dos pasos y medio del centro-centro de Antequera encuentras el restaurante, que también es hostería, y en la puerta de al lado se encuentra el bar Arte de Tapas.
    Se encuentra integrado en la hostería. Una preciosidad de casa antigua, con enoooorme y luminoso patio, con chimenea, una cocina económica ahí al fondo, y aquí o allá detalles de su (nuestro) pasado romano (ite domum).

    … y te reciben, y te acogen, y te llegan… ¡ las cartas ! Porque hay carta de platos, de vinos y de vermuts. No uso de estos últimos, de modo que al lío con las dos primeras. No hay menú degustación ¡¡ Ole con ole !! Y la carta es larga, y con una cantidad enooorme de platos de lo más sugerente. ¡ Me habría gustado tener estómago infinito para pedirlo todo ! Porras, gazpachos, gazpachuelos, guisos, pucheros, carnes, pescados… pero todo tradicional. ¡ Histórico ! Porque incluso el nombre del lugar es histórico.

    Cocina y platos que por su propia naturaleza huyen de los tópicos pescaíto, gazpachito, espetito y todo lo que acaba en -ito de la tipicidad malagueña cuando llegan los turistas. Y turistas semos todos, y en el camino nos encontraremos.
    Cocina y platos, incluso, que son más del interior. También se trata de cocina de temporada, con lo que en ese momento hay en el campo, y en la mar que ahí tenga sentido. Productos, además, lo más cercanos posible.

    … pero por algún lado había de empezar. Mientras me centraba en el asunto llegan unas aceitunas machadas bien ricas, y un aperitivo consistente en una suerte de puré de garbanzos especiado (¿comino? y pimentón) sobre una fina tostada, y que estaba como para untar en mollete y tres cuartos.

    Queda el asunto decidido. Hay un plato de estos de reconfortar. Si leo caldillo de pintarroja se me pone a mi la misma sonrisa que al marrajo. Llega en una cacerolita de cerámica bien mona, calentito, textura intermedia, ni sopa ni crema, y en el fondo trocitos del pececillo. Una delicia. Además lo sirven con un chupito de algo llamado “liaillo” (liadillo para los mesetarios que no chamullan) y me explican que era la forma tradicional de tomarlo. Consiste el asunto en una mezcla a partes iguales de vino blanco seco y vino dulce. Te quedas así como con extrañeza. Pero lo pruebas junto y… ¡ oño ! pues le va sorprendentemente bien (8-o

    Sigo con un plato que entre una cosa y la otra me llama a gritos: Perdiz en caldogazpacho. Lo que en el libro antes mencionado aparecía como “Sopas de perdiz”. Maravilloso plato. De los que se te quedan grabados. Media perdiz guisada en esa maravilla de salsa. Pechuga, ala, muslo, unos picatostes… Cuidado que tiene hueso, advierten. ¡ Je, huesos a mi ! que parezco el Lazarillo de Tormes (royendo cada huesecillo mejor que un galgo lo hiciera). Preciosidad de plato lo mires por donde lo mires, y lo mojetees por donde lo mojetees, porque en este plato se moja pan como si se fuera a acabar el mundo.

    Y vamos a por los postres. Que les pregunto si son caseros (también yo hago unas preguntas que es pa’darme una colleja). Aquí son caseras hasta las paredes, responden riendo. Y hay algunos de los postres que también gritan cosa mala de lo históricos que son. Me voy a por el más clásico que veía, y que llevaba tiempo con muchísima curiosidad: Bienmesabe. Sí, como el cazón en adobo, pero es otra cosa. Una maravilla de dulce, antiguo, histórico (llevo comisión por cada vez que escriba esta palabra). Una delicia.

    Vamos con el asunto vínico. Carta bien surtida, con vinos locales, cercanos, con sentido en su cocina. Precios razonables, y vinos por copas. Me tomé una de “Nave Trinidad” (5,7 EUR), de Barbadillo, que no conocía, y me parecía que podía ir muy bien con estos asuntos.

    ¿Qué más puedo contaros? Pues que ole con ole el servicio. Salón lleno, un par de grupos grandes (más de 20 personas en cada uno) que atender, distintos idiomas y todos atendidos con un nivel de profesionalidad extraordinario.

    Ah, y algo chulísimo. ¡¡ Requetechulísimo !! Te traen tarjetas con la historia y la receta de los platos que has pedido.

    Pues todo este histórico disfrute, con un café con yelo y litro de agüita fresquita por unos coquetos 63 EUR

    ¡ Qué maravilloso lugar ! ¿Lo había dicho ya?

    Valoración media 5 5
    Cocina 5 5
    Servicio 5 5
    Local 5 5
    Servicio del vino 5 5
    Relacion calidad-precio 5 5

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