Ubicación: C/ Mártires, 12
Zaragoza (Zaragoza)
España
Código Postal: 50003
Teléfono: 976396196
Horario: Cierra domingos y martes noches, y lunes
Menciones: Recomendado Repsol
Tipo de cocina: Otra
Te puede interesar: Barra y Con encanto
Web: https://restaurantecasalac.es/
Precio estimado: 50,00€
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Ya hace más de 10 años que Ricardo Gil amplió horizontes y acercó a Zaragoza el producto y know how del legendario Restaurante Treintaitrés de Tudela.
Y lo hizo de un modo espectacular: reabriendo el mítico Casa Lac, una casa-restaurante que tiene a gala poseer la licencia más antigua de España como restaurante, estamos hablando de 1825.
Ricardo Gil fue un pionero en la cocina temática de verduras, un súper especialista, haciendo arte exclusivamente con las verduras de su Tudela natal.
Actualmente posee huertas en las mejores zonas de la ribera del Ebro (Tudela, Soria, Zaragoza) con las que se autoabastece para sus restaurantes. Un lujo.
Lo conocí en sus orígenes, me entusiasmaron tanto el Treintaitrés como Casa Lac, y le había perdido la pista, hasta que recientemente fui invitado a una comunión en Casa Lac. Si me hacía ilusión ir a la comunión por temas afectivos, imagínense cómo se acrecentó esa ilusión cuando me enteré, sobre la marcha, que era en Casa Lac. Aquello no parecía una comunión, pues no éramos muchos, nos ubicaron en la sala de arriba, la mejor, y nos agasajaron con el mismo menú degustación de verduras que puedes tomar un día normal fuera de eventos. ¡Ole!
Casa Lac está en la entrada de El Tubo de Zaragoza, y en sus tres plantas dispone de barra y dos salones. Es una casa con solera, con regusto, en la planta superior te ves envuelto en una atmósfera decimonónica maravillosa.
El citado menú degustación, evidentemente siempre de rabiosa temporada, incluía el día de autos lo siguiente:
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• Espárragos naturales de nuestra finca
• Duquesa de Patata a la importancia en salsa verde con borrajas y quinoa roja crujiente
• Menestra de productos de temporada
• Penca de acelga rellena de jamón ibérico y velouté de hongos con salsa holandesa en pomada
• Berenjena en texturas con crema de alcachofas y papada ibérica
• Pochas de Tudela con kokotxas de bacalao y espinacas
• Sorbete
• Torrija de vainilla Bourbon con helado de vainilla de Madagascar y trufa de chocolate
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Salí encantado, creo que es la vez que mejor he comido en una comunión en mi vida.
Cierto que percibí poca evolución, cierto inmovilismo. Tienen una fórmula ganadora y la explotan, oye, hacen bien, pero en honor a la verdad, leo lo que comí esta última vez, y lo comparo con una reseña que colgué en otra web hace 10 años, y coinciden muchos platos. Que incluso me alegro, porque esa “penca de acelga rellena de jamón ibérico y velouté de hongos con salsa holandesa en pomada” es que es un espectáculo, que no la quiten nunca. Pero no sé, los veo anclados en el pasado, quizás un empujoncito de creatividad les garantizara permanencia e incluso proyección en el futuro.
Los sabores que te invaden, el placer que experimentas con cada bocado de las verduras que te sacan es máximo. Ojo, no son vegetarianos, son “pro-verduras”, y no les tiembla el pulso al meterte una papada, unas kokotxas…
Quizás el placer aún sería mayor si mejoraran el tema de los emplatados, la presentación se puede redondear más.
Bebimos una rica garnacha de Campo de Borja, Portal del Moncayo crianza 2019, tratada correctamente.
Bien el servicio, dimensionado, ágil y cariñoso.
Con lo poco que soy yo de BBCs… ¡ojalá me inviten a muchas si son así! 😉
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Bueno, pues leído con calma, que no es que no me quiera mojar, ¡eh!, buenos soy yo para los chaparrones…
Bastante de acuerdo en lo del inmovilismo que viene como dices desde el 33.
Pero bueno, aquí no es algo que lo fuese a tener muy en cuenta, quiero decir, ya es una formula poco corriente, que hace que me apetezca volver de tanto en cuanto, no para tenerlo como restaurante de cabecera por mucho que pudiese tener cierta evolución en la cocina o emplatados. No sé si me explico…
Al final nos pasamos después del teatro y justo antes de ver al Madrid campeonar, y lo cierto es que se han terminado de subir a la parra, y han quitado las fórmulas de tapeo que te comenté por FB, con pocas tapas que bajen de los 4€. Salimos por casi 70€ (de los dos) y con hambre.
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Ooodo 35 coins! Por poquito más podías haber subido al comedor y cenar como un señor.
Te doy toda la razón en lo de que no se exige en este tipo de cocina quizás como en otras la evolución, pero sin ella, siquiera un poquicooo (¿conoces la jota?) acabará muriendo, es ley de vida, hay que renovar un poco los platos y las presentaciones cuidarlas más en mi humilde opinión siempre inferior a la suya, bien amado, estimado y nunca suficientemente ponderado don Luis
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¿De qué se está hablando, que estoy en contra? #barojianosiempre
Si lo hacen bien, les va bien… si Lucio sigue con sus huevos (sin perdón), Casa Botín su cocido, Rausell en sus cosas, Casa Labra también… ¿Tiene sentido el elogio de “lo nuevo por lo nuevo”? Yo digo no :-p
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Ufffff, si abrimos ese melón… no nos lo acabamos.
A la última pregunta, también digo yo que no, pero esa no era la cuestión… y lo sabes.
🙂
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Lo que no me queda claro es qué debieran evolucionar o cambiar, y por qué.
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Jajaja, qué pleiteador te levantaste ayer.
Es que mira tú que me da a mí que no buscas una explicación, sino una excusa para hablar de tu libro, que además ya lo has comprao…
Venga, a ver si soy capaz de explicarme.
Los ejemplos que pones (Lucio y tal, es un plato, no un menú degustación, es básicamente buen producto tratado con esmero) no me valen para lo que yo quiero expresar (ya te dije ayer que tampoco abogo por eso del cambio por el cambio)
Yo hablo de alta cocina, y además creativa y basada en menú-degustación, en una sucesión de platos que varían estacionalmente. Cuando alguien se postula y distingue en ese campo, la creatividad, en mi opinión, no debería limitarse a crear unos platos un día… y volverlos a ofrecer invariablemente año tras año. ¿Te imaginas a Martín Berasategui dando hoy el mismo menú degustación de primavera, los 25 mismos pases, que en 1985? ¿O a Ricard Camarena? O, por poner un ejemplo más cercano por temática, ¿a Rodrigo de la Calle?
Evidentemente no es el mismo nivel creativo, pero nivel tiene (no sé si has estado en Casa Lac para que te puedas hacer una composición de lugar de lo que digo), por lo que yo opino que si tienes esas pretensiones, es aconsejable para proyectarte en el futuro ir dando toquecitos, empujoncitos, de creatividad, poco a poco pero sin parar, pequeñas actualizaciones, restylings. Aun reconociendo que el rollo temático verduras, efectivamente, es más complicado.
En cuanto al emplatado, lo que quería expresar es que, si muestras, de nuevo, pretensiones, en este aspecto, no parece coherente que salgan los platos con gotones inopinados de salsa, o con migas o trozos de rebozado dispersos, o manchas de aceite… o dispongas los ingredientes de algún pase sin cuidado ni sentido estético.
Parece que es un desastre casa Lac, y no es así, todo lo contrario, pero me fuerzas a explicarme y destaco injustamente los detalles que me interesan para defender mi opinión, no quiero que nadie se lleve esa idea, yo comí muy bien y muy a gusto, si has leído la reseña, dejo claro que me encantó, habré estado 6 o 7 veces en 10 años, y siempre estupendo. Pero no volvería mañana para volver a comerme la misma “Penca de acelga rellena de jamón ibérico y velouté de hongos con salsa holandesa en pomada” que he degustado todas las ocasiones que he estado (a la barra sí, pero a la sala, pedazo de sala, una cena larga, no, tendría que pasar un tiempo, me van a sacar los mismos 10 platos con parvas oscilaciones de temporada).
Juer, cómo me has hecho currar para empezar el día, voy a enganchar ya cansao, espero que al menos haya conseguido trasladarte mi parecer.
P.D.: Anéeeeecdota que no sé si viene mucho al caso, pero ya puestos a estas horas creativas casi maitines… Por lo de cansao, digo. Fue un amigo mío, mayor que yo, con su hijo de unos 18-20 años, a comer a la bodega Mustiguillo, con el padre de Toni Sarrión, un hombre ya jubilado, de mil recursos y ocurrencias, hecho a sí mismo. Avanzada la comida, el hijo de mi amigo dijo que no podía más, a lo que el padre de Toni, le espetó: “¡Come, coño, que el que no come después de harto, no trabaja después de cansao!”
Ale, a trabajar pues.
🙂
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Abogado de créditos pobres, me llamaba mi madre cuando era crío ^___^
Comprendo lo que quieres decir, si bien hay varios elementos que considero son elementos distintos, a saber: cocina creativa, alta cocina y (ay) menú degustación. Aunque en algún momento alguna llevase a la otra con el tiempo, pero en un mismo momento no tienen porqué coincidir.
Entiendo, creo, que echas de menos ese empujón que lo mueva de su statu quo, pero ¿no es eso querer que responda a nuestra expectativa y que puede no ser su realidad?
Poooor ejemplo, ¿se lo pediría yo a La Buena Vida? Es cocina, digamos, burguesa; ¡y ole por ellos! No significa eso que sean inmovilistas, es decir, presupongo en todos ello que añaden los cambios para mejorar lo que hacen, adecuarse a la temporada, pero ¿han de ser todos creativos? ¿innovadores? ¿km0? ¿cocina clásica? La cuestión es que hagan bien lo que hacen, y si es posible cada día mejor, pero la búsqueda de lo nuevo de manera continua puede no ser más que la búsqueda de la satisfacción de nuestra propia sensación de ansiedad y prisa.
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Jeje, ya sabía yo que ibas a hablar de tu libro… antes de la anterior contestación.
Pero hombredediósodeldiablonosé, si yo ya te he dicho que estoy de acuerdo contigo en lo de la negación del cambio por el cambio, en Casa Lucio, etc… (La Buena Vida no lo conozco, pero imagino el perfil por el contexto, con lo que OK también).
En el caso de Casa Lac (que es de lo que yo estoy hablando desde el inicio, pese a tus instruidos y talentudos intentos de llevarlo al terreno de tu libro) confluyen, en mayor o menor medida, los elementos que comentas: cocina creativa, alta cocina y menú degustación, con lo cual… ¿truco trato?, ¿cerramos debate?, ¿o continua vivo tu animus belligerandi?
XXD
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