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Tenía muchas ganas de visitar Chi-la, este restaurante chino hecho para chinos, o al menos eso dicen. Dos visitas en dos semanas consecutivas creo que dan fe de lo que nos ha gustado.
Local funcional, cómodo y dividido en dos comedores amplios, alargados, lo que no impide tener una buena distribución de mesas. Para mi gusto le falta un poco alma, de definición, siguiendo la línea insulsa de todos los locales que se abren hoy en día. Podría ser un Saona, una hamburguesería o un banco.
La primera noche nos sentamos en el primer comedor porque el segundo estaba lleno de asiáticos, presumiblemente chinos, algo que da confianza en la autenticidad de su cocina. Servicio amable y atento, pese a que se pide todo por la aplicación vía QR, te orientan y te explican que se trata de una cocina china de una región muy concreta, Hunan, en la que destacan las casquería y la panceta, con un nivel de picante alto para el occidental. Este nivel de picante se puede elegir cuando se hace la comanda. Hay platos que poniendo nivel normal salen muy picantes y otros que no pican tantos, así que la segunda vez ya pedimos todo con el nivel normal y pedimos picante aparte (por cierto, muy bueno y picante), por si alguien quería subir el nivel.
De lo que hemos probado (más de la mitad de la carta) hay un plato que no te puedes perder: panceta de cerdo con hoja de mostaza deshidratada, un plato fino y delicado que bien podría tomarse en un restaurante de primer nivel. Perfecto equilibrio entre el sabor de la panceta, que queda tierna y melosa, el caldo y las verduras. A nivel normal de picante no pica nada.
Sin ser un plato muy original, lo puedes tomar en otros chinos auténticos, las berenjenas chinas aquí suben de nivel, con una salsa muy rica, tiernas pero con textura firme y, personalmente, me gustan sin carne picada.
Si te gusta la oreja de cerdo, no puedes perderte su oreja a las 36 especias con cilantro, ojo, se trata de un plato frío y el primer bocado es algo extraño, pero merece la pena. Nos dijeron que era un plato típico que suele tomarse como entrante mientras sacan la comida.
Y a partir de aquí, a explorar la carta y meterse en la casquería en mayor o menor medida. En lo que no vas a tener suerte es con el vino: escasas referencias, calidades bajas, sobre todo en blancas y el único espumoso, y poco más.
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No tenía ninguna duda de que te iba a gustar 😉
La panceta es como su estandarte, la tienen, o tenían, en varias preparaciones, no menos de 4 o 5.
Han acabado ya las obras del edificio? La entrada estaba como entre andamios y redes protectoras.
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Sí, sí, nos encantó. Fuimos de anfitriones con dos parejas distintas y ambas quedaron encantadas también.
Y sí, las obras están acabadas.
Gracias por la recomendación.
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CHI-LA 湘遇湖南菜 no es un chino al uso de los que proliferan por España, es un chino peculiar. No sé si decir auténtico, porque no he tenido la fortuna de estar en China, pero sí diferente.
Por su emplazamiento (al principio de Gran Vía de las Germanías, cerca de Bouet), su decoración (preciosa, estudiada, moderna y tirando más a japonesa), y por el hecho de tratarse de una pequeña cadena (tienen otros dos locales en Madrid, uno en Barcelona, otro en Sevilla y otro en Málaga) puede parecer que te vas a encontrar con una cocina “amable”, descafeinada, adaptada al gusto occidental, pero nada de eso, amigo, y si lo hace, los neófitos como yo no notamos.
Si no sabes a lo que vas, la carta te deja perplejo, pues ahí proliferan los “despojos” tipo riñones, oreja, intestino de cerdo, estómago de ternera, entraña, cabeza, manitas, panceta… no te lo imaginas en ese entorno.
Luego ya, te vas fijando, y vas observando que buena parte de los comensales son orientales, así como todo el servicio. Buena señal.
Se pide vía QR que te enlaza a una aplicación. No pides por tanto a los camareros, pides por esa vía, vas apuntando y vas cargando en tu cesta. Tienes que elegir en cada plato el nivel de picante. La “jefa”, una asiática viva y extrovertida, nos avisó de que “normal” no eligiéramos, que de ahí p’abajo, que normal era realmente “mucho”, pues normal es como ellos comen en su región, muy picante.
Y, preguntando, nos contó de donde viene el nombre del establecimiento, que completo es “CHI-LA HUNAN WOK”:
– CHI quiere decir comida
– LA picante
– HUNAN es una provincia china cuya gastronomía se caracteriza por el alto grado de picor de todos sus platos.
Hombre, yo, ya sabes mi amol, me hubiera tirado a la piscina, porque el 99% de las ocasiones que te dicen eso, es un blufff, luego no pica ná de ná, pero como no iba solo… pues pusimos “poco” en todos.
Pedimos:
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• Riñón de cerdo salteado
• Gyozas caseras de cerdo y col china
• Berenjena china al estilo Yuxiang
• Panceta dos veces cocinada al estilo Sichuan
• Tarta de queso casera
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¡Hostiás! ¡Cómo picaba el primer plato que salió! El “riñón de cerdo salteado”, qué barbaridad, pero además, quééééé bueno. Iba cortado como en juliana, pero con ese diente de sierra tan asiático, y con unas verduritas y chiles picados, especiado y condimentado a tope, top, top, top. Platazo.
Salió el primero, he dicho, y lo he dicho bien, pero… solo unos segundos antes que toooodos los demás. Te sacan todo junto, a cascoporro y ahí te apañes.
Y el resto de platos, muy ricos todos, muy especiales, pero no picaban ni la mitad que el primero. Preguntando, preguntando de nuevo, creo que dimos con el quid de la cuestión: nos pareció entender que el plato de riñones era un plato de temporada, y solo lo hacían con un tipo de picante, el “de ellos”, no lo regulaban.
Su especialidad parece ser, por el número de platos en los que consta como ingrediente principal, cinco, la panceta. Oye, qué bien la trabajan.
Nos llamó la atención que todos los orientales que teníamos en mesas adyacentes pedían lo mismo, preguntamos y nos dijeron que era “coliflor al wok”, así que, como somos muy envidiosillos, y la aplicación daba la opción, la pedimos para llevar, y ya aprovechamos y cargamos también, “arroz frito con panceta”, “langostinos con raíz de loto” y “tallarines de arroz”, ¡qué fiesta al día siguiente! Todo exquisito, en especial la coliflor, no nos extrañó por tanto que todo el mundo la pidiera.
Siguiendo con la cena propiamente dicha en el local, con el postre nos remataron, una tarta de queso que… va hasta arriba de pimentón picante (o algo similar, será algún chile en polvo), curiosísimo invento.
Tema vinos, muy flojito, 3 tintos, 2 blancos y no había espumosos. Pero hay que oderse, y aplaudir, lo rápido que aprenden: Le comenté a la “jefa” que esa comida como que pedía espumoso, que quizás fuera conveniente que tuvieran uno, no entendía ella el concepto de “espumoso”, le expliqué como pude… y ahora que acabo de entrar en su web, unos días después de la vista que os estoy contando… ¡ya tienen un cava en su carta!
¿Volveré? SÍ, con mayúsculas, y tanto a cenar ahí, como a recoger para llevar.
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Pues pinta muy, pero que muy bien. No tardaré mucho en visitarlo.
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Elije “normal” en picante, o “muy picante” si vas sólo y estás bravo ese día 😉
Y no dejes de pedir algún plato de panceta! He probado dos, y estaban buenísimos, la trabajan francamente bien (graso, eso sí, no se andan con remilgos)
P.D.: Las gyozas las puedes perdonar, están buenas, pero hoy las encuentras en mil sitios y aquí no tienen el punto “diferencial” del resto
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Que pasada encontrar sitios así donde poco a poco descubrir la “verdadera” comida china. Llevo unos años viviendo en Chinatown es decir Convento …y te digo que los chinos no comen lo típico sino más bien lo que describes !! En breve subiré una casa de comidas típica china y fliparás!! Un abrazo
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Estuve yo en una hace unos años en uno de esa calle, y los únicos occidentales éramos @dani y yo. Ese también era racial, más genuino, estaban todos comiendo patas de pollo medio cocidas, juer que heavy
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