Ubicación: C/ La Iglesia nº 21
Alloza (Teruel)
España
Código Postal: 44509
Teléfono: 696816138
Horario: Abre fines de semana
Menciones:
Tipo de cocina: Otra
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Web: http://www.laojinegra.com/
Precio estimado: 35,00€
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Cuando preguntamos dónde comer por la zona, nos hablaron de este restaurante como un negocio llevado por gente honesta y muy muy curioso.
Se encuentra en Alloza, un municipio de la comarca de Andorra pegado a la de Cuencas Mineras, que recientemente saltó a la fama debido a que un paisano de allá tuvo la ocurrencia de hacer morcillas con sangre humana, con tu propia sangre (y por tanto, según él, veganas). Pero NO tiene nada que ver con los amigos de El Morral de La Ojinegra, quisieron dejarlo meridianamente claro pues hay mucha gente que los confunde. Insisto, nada que ver.
El Morral es el restaurante de La Ojinegra, una casa de turismo rural que se distingue de entre la uniformidad cromática y arquitectónica de las calles de Alloza por su bonita fachada y alegre cartel. Es una casa de labradores de 1880 restaurada sin alterar su estructura y elementos troncales.
Vamos allá con la descripción de la filosofía vital del negocio y sus propietarios:
– Ecológico
– Mención de “Restaurante Km0” de Slow Food (*).
– Comercio justo
Así pues, es un restaurante ecológico, con la mención “Restaurante Km0” de Slow Food que elabora los platos con ingredientes ecológicos certificados, de proximidad y de Comercio justo y cocinan a fuego de leña para una cocina sana, sencilla, ética y natural.
Visto esto parece que van a ser veganos, vegetarianos, o alguna de sus variantes, pero no, contemplan todas las dietas: Si eres vegano puedes venir que comerás bien, pues el 80% de sus ingredientes son cereales, algas y verduras, pero tocan también la proteína animal como se verá en el detalle de lo que comimos.
Nada más entrar nos recibieron sus dueños, Belén Soler y Xavi Poncelas, una pareja encantadora con brillo en los ojos cada vez que te hablan de sus platos, sus cervezas, sus vinos. Un gusto ponerte en las manos de gente tan entusiasta y entregada.
Ese día, tenían un menú de 24€, primero, segundo y postre, a elegir de entre 4 o 5 propuestas de cada. Siguiendo nuestra sana costumbre, como éramos tres y bien avenidos, procedimos a pedir uno cada uno y compartirlos, incluso como somos así de chulos, añadimos uno más extra, quedándonos un menú-degustación tan morrocotudo como éste:
—Entrantes
Torta de espelta aragonesa con cebolleta asada y salsa romesco / Migas de 3 cereales con cereza y huevo frito de La Brizna / Ensalada vertical de patata nueva y judía tierna con aliño de trufa de Teruel / Raw lasaña de calabacín con crema vegana de almendra y pesto de tomate seco de Caspe
—Principales
Jarrete de ternasco guisadico con majada tradicional / Albóndigas de boquerón de Santoña con frito aragonés y algas / Caballa escabechada con cítricos y ensalada de cuscús de trigo Aragón 03
—Postres
Crema de yogurt de cabra con miel de almendra y nueces de Las Fajuelas / Panacota de nata normanda con las primeras cerezas / Hojaldre de Florencia Aurora y manzana con helado de vainilla de Madagascar / Helado de cacao de Perú sobre crambel de panela
Salimos más contentos si cabe que la noche anterior en El Mirador de San Macario. Disfrutamos de una cocina sana, honesta, fresca, imaginativa, con buen gusto y… sabrosísima. Ole, ole y ole. Superó con mucho nuestras expectativas, aunque lo cierto es que no eran muy altas, pues pesó mucho más en la elección del lugar la singularidad de la propuesta que el valor culinario previsto de la misma. Pero oye, efectivamente es singular, pero también con valor gastronómico. Se come muy bien aquí.
¿Y beber? Pues muy poquica la oferta, muy justica, pero para mi suerte está centrada en vinos, cómo no, ecológicos, de una bodega que me encanta y a la que tengo gran cariño, Bodegas Tempore, que tiene viñedos también por el término municipal de Alloza. Recorrimos casi todas las referencias que tienen: comenzamos con el blanco Terrae SO₂ Free Garnacha Blanca 2018, continuamos con el rosado Terrae Rosado Garnacha 2018, y rematamos con el tinto Ecolecera Sardonillo Tempranillo 2017 (si pinchas en cada vino podrás leer las fichas técnicas y notas de cata correspondientes que he colgado). También tienen todas las variedades de una cervecera próxima, artesanal y ecológica, tomamos alguna de ellas de aperitivo.
Pues eso, que como se desprende de mi reseña, que estuvimos muy a gustito, que nos encantó la propuesta y todavía más la ilusión y el trato de sus propietarios. Así que no solo es que vayamos a volver, sino que la próxima será cena y dormiremos en las habitaciones de su casa rural.
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(*) Criterios para que un plato sea considerado kilómetro 0:
Que un 40% de los ingredientes sean locales, incluyendo el ingrediente principal. Esto implica que el restaurante los compre directamente al productor, y éste los haya producido a menos de 100 kilómetros.
El 60% de los ingredientes restantes deberán pertenecer al Arca del Gusto o bien ser Baluartes o tener certificación ecológica.
Ningún plato podrá tener alimentos transgénicos o animales que hayan comido transgénicos
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Muy acertados tus comentarios, que suscribo sin un sólo pero.
Firmado:
Tu hermano (el segundo)
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Cual de los tres eres? Yo veo guapos a los tres, sobre todo al de en medio.
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No sé quién es ese señor.
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Lo de que estuvimos muy a gustito no hacia falta decirlo, la foto lo dice todo !! Enhorabuena.
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