Ubicación: C. de Sta. Isabel, 40
Madrid (Madrid)
España
Código Postal: 28012
Teléfono: 910180018
Horario: Cierra lunes y martes
Menciones:
Tipo de cocina: Actualizada
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Web: https://www.laburlona.com/
Precio estimado: 65,00€
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Local en zona inter-museos. Zona centro muy cercana, de subida para los que pueden venir de Atocha o museos de la zona de El Prado, o bien para los que están de bajada hacia esa zona desde las visitas variadas por el centro-centro (de aquí, de Madrí #patapúmchass :-p )
Domingo y medio día. Tiras un garbanzo en cualquier lugar y no cae al suelo. Imprescindible reservar, claro.
Carta de un tamaño razonable y con variedad suficiente para casi todos los gustos, aunque tengamos en cuenta que ha pasado por la batidora de la modernidad imperante.
Como esta vez (y sin que sirva de precedente) iba acompañado, el asunto fue de compartir y allá que vamos…
Arranca el asunto con zamburiña con… acorto yo el título que en la carta va largo: ceviche de zamburiña. Solvente. Pequeña y solvente. Seguimos con fideuá con boletus y foie. Bueno, pues eso, solvente. Y por último lasaña de cochinillo con bechamel de cardamomo. Pues mira, esto no. Sin más. Desde luego no fue cosa del cardamomo, que no se notaba en absoluto. El no es por todo lo demás. No.
Y ahora, estimados, os cuento la parte menos solvente. Cuando reservas eliges zona, si bien sólo se podía elegir “Sala”. Mira que bien. Pues resulta que eso puede suponer que comas sentado o que no, que en mitad de la sala hay mesas y sillas altas, y no es elegible. Te toca la que te toca. Esto desde mi punto de vista es un muy no. Si vas con personas mayores o con problemas de movilidad tienes un problema nada más llegar, y sólo al llegar lo sabrás.
El servicio es muy amable. ¡ Bien por ellos ! Bien por ellos, y son unos mandaos, como todos, pero… Cuando reservas no aparece el asunto que a continuación os narro. Cuando re-confirmas la reserva tampoco se indica nada. Y al llegar… pues me temo que tienen tal premura por duplicar, triplicar, cuadruplicar… lo que sea, los turnos, que desde que llegas ya te están diciendo el tiempo que tienes para comer y a qué hora tienes que liberar tu mesa para los siguientes. ¡ Sin haber pedido nada ! Y te lo recuerdan de vez en cuando, “noseaqué”. Y esto, para mi, es un no con letras mayúsculas y neones brillando en rojo. En fin, la vida.
El asunto del comer expuesto arribo, con dos dobles de cerveza y dos cervezas-sin, por unos muy incómodos 68 EUR.
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Para mi tienes más razón que un santo. Se ha puesto de moda eso que te marquen tiempos para comer. Sucede cada vez en más sitios. Yo desde luego no voy a restaurantes que me digan en el tiempo que tengo que comer. Curiosamente todos los que aplican esa política están llenos a rebosar. En fin…
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Lo que me parece aun peor, e inadmisible, es que no lo adviertan en ningún momento durante la reserva. Hechos consumados. Cuando llegas te encuentras el pastel. Y si en general, lo de que me digan que vaya comiendo rápido, como en un campamento, ya me resulta un no bien claro, el que ni siquiera lo adviertan al reservar es un no infinito.
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