Ubicación: Playa de Pinedo s/n
Valencia (Valencia/València)
España
Código Postal: 46012
Teléfono: 963248010
Horario: Abre todos los días de la semana, solo a mediodía
Menciones:
Tipo de cocina: Mediterránea y Valenciana
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Web: https://www.laferrerarestaurant.com/
Precio estimado: 30,00€
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Tantas veces que he pasado por el paseo y he dicho, vaya que sitio más chulo, tengo que venir.
Vale pues llegó el día, estuvimos el domingo de celebración más contento que unas pascuas porque al fin nos decidimos. La recepción que tuvimos aunque muy educada no me pareció muy acertada, mesa sin montar (En este caso llegamos 20 minutos antes y puede tener perdón) para 5 éramos 6, “siéntense que ahora se la montamos” como siéntense si somos 6 que hacemos que uno se espero de pie, en fin tampoco seamos exquisitos, esperamos tranquilamente y nos sentamos en 5 minutos.
Hora de tomar la comanda, pedimos lo que a nuestro parecer era suficiente para un picoteo y después llegar con algo de hambre al arroz, Calamar rebozado, tellinas, cloxinas y bravas, pero por alguna razón a la chica que tomaba nota le dio por presionar, que si es poco, que si son 6 etc… le contesté que pensábamos que estaba más que bien para llegar con fuerzas al arroz, aún así insistió y pensamos que sería raciones pequeñas con lo cual pedimos los buñuelos de bacalao y croquetas de gamba. Que rabia me da que me digan que me inciden a pedir más cuando yo pido lo que creo que conveniente, agradezco que si son raciones pequeñas o grandes lo digan pero sin presiones oiga!!!.
Los entrantes bien, algunos muy bien, destacar el calamar rebozado que estaba riquísimo, las bravas (los tenemos en el grupo muy braveros aunque para mi no le pega a esta comida ni con Loctite) una sorpresa, diferentes , ligeras y con su toque justo de picante. Tellinas y Cloxinas buenas sin nada más que añadir. Los buñuelos de bacalao mucha patata a pesar de eso eran ligeros pero son más de patata que de bacalao, los he probado muchisimo mejores. Las croquetas de gamba roja muy normalitas.
El arroz un desastres, pasado de cocción al límite de lo pastosillo “me cago en la….. todito te lo consiento menos eso” no puedo yo no puedo con eso, se veía claramente por las zonas quemadas (que no socarradas) del fondo de la paella que se habían pasado de caldo y le dieron candela al fuego, claro que se evaporó el exceso pero también se quemó el arroz y además no se consiguió lo que se pretendía que era llegar a una cocción correcta del grano.
Cuando nos sentamos y en el trascurso de pedir el señor @aurelio me dice que ya no está la cocinera Chabe Soler, no me jodassssss , el alma de la cocina ya no está, esperemos que haya dejado su huella y no se note mucho. Bueno no soy quien para opinar si antes o después porque solo he ido esta vez.
Carta de vino muy floja y servicio de vino terrible. Ni aconsejado, ni bien servido ni nada de eso.
La pregunta esa… y ahora que? con las ganas que le tenía, volvemos a pare ver si fue un mal día? lo dejamos para cuando queramos un local bonito y con mucho ojo de lo que se pide?. Un poquito de rabia si me dio.
El arroz imperdonable, servicio de atención mejorable VS emplazamiento muy bonito, espacios muy acogedores y amplios y entrantes bastante buenos.
Resumiendo dijimos de volver a disfrutar del espacio y comer de picoteo, el arroz nos da miedito.
Un saludo
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Jajaja, ya siento haberte dado la “mala noticia” en plena faena.
Yo no he estado después de que Chabe se marchara, pero por lo que te leo… ¡pero si los arroces eran su fuerte!
En fin.
Los buñuelos eran “patateros”, pero de los patateros, los mejores que he probado. Junto con la fritura de calamar, es lo que más me gustaba.
Lo que pasa es que todo era diferente finde que entresemana, no sé si leíste mi reseña con mi reflexión al respecto. Jamás iré en finde, con o sin Chabe.
Y el servicio… pues la última vez que fui me cabreé bastante con la mesa que reservé, que me aseguraron que me darían y luego no me querían dar (me gusta el comedor de al fondo a la derecha), y a raíz de ello, pues malas caras (por mis eggs que al final me la dieron, claro)
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@aurelio si que leí tu reseña, con respecto a los fines de semana entiendo que haya más aglomeraciones y todo sea un poco menos “perfecto” pero tienen local, cocina y gente suficiente para mantener el nivel, aunque entiendo lo que quieres decir.
Los buñuelos para ser patateros estaban bastante ligeros pero bacalao poco.
Las Maitre de sala muy flojitas y poco resolutivas, más preocupadas en llenar que en atender; cuando una cosa no está reñida con la otra; los camareros educados pero no de la profesión o al menos los que nos atendieron.
El arroz!!! Dios santo el arroz!! puede estar un pelín salado, un pelín durito o un pelín insípido pero lo peor es que esté un pelín pasado y quemado, será su fuerte o igual tuvimos un mal día, pero pagado se queda y el regusto nos lo llevamos nosotros. Joder que pena.
En fin
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Pues ya te digo, Toni, que si pinchan en el arroz, que era su fuerte y por lo que se hizo famosete… Mal
P.D.: Ya te enseñaré un día que nos veamos de buñuelo entresemana & buñuelo finde / sepionet entresemana & sepionet finde / arroz rojo finde & arroz rojo entresemana. Vas a flipar.
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Pues poca gracia que me hacía ya el local como para repetir…
Estos restaurantes llenan por castigo, así que porque unos pocos “no sepamos apreciarlos” no van dejar de hacer lo que están haciendo.
Saludos
Dani
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@aurelio ya me lo enseñarás, porque no concibo que se haga mal con el personal y la cocina que tienen. @dani tal cual, llenan por castigo y con eso les vale. Nosotros que sabremos del tema, si les funciona para que cambiar.
Señor!!!
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El restaurante La Ferrera se encuentra ubicado en la playa de Pinedo, una playa de Valencia capital que nunca me había atraído nada. Llevo viviendo aquí más de 20 años y sólo había venido en dos o tres ocasiones, siempre a comer arròs amb carrancs en algún restaurante de batalla que ya ni recuerdo, no sé si existe, aunque ese arroz sí lo recuerdo, picantón, entre caldoso y meloso, estaba riquísimo.
Por consejo de mi amigo Oti, volví a esta playa para comer en La Ferrera, y me han cautivado, tanto la playa como el restaurante. He redescubierto la playa, con dudoso encanto de las playas ultra urbanas, con esas vistas marcadas a fuego por la confluencia del mar y las aparatosas grúas del puerto industrial. Tiene, tiene su aquél.
Y el restaurante, como un poco apartado del resto, diferenciado, tanto física como conceptualmente. Todo mucho más cuidado que el resto de la zona. Ocupa un guapo edificio aislado en primera línea de mar. De dos plantas, con varios ambientes. Terraza interior, dos estancias planta calle, planta alta…
La cocina es valenciana del litoral, pero actualizada, con productos de la zona y arroces, muchos y originales arroces.
Como soy muy disciplinado, pedí tal cual lo que me dictó Oti, excepto el arroz, él me aconsejó el arroz meloso de sepia, gamba y calabaza, pero soy más de arroces secos y ahí, solo ahí, me salté el guión:
• Buñuelo de bacalao
• Sepionet de playa sucio a la plancha con cebollino y mayonesa
• Fritura de calamar playa
• Arroz rojo de periquitos
• Tarta Clara-Capuchina
He estado dos veces y pese a que pedí exactamente lo mismo, nada que ver una con otra, me explico: La primera fue entre semana, muy pocos comensales, se estaba de locura, me pusieron en la estancia de mirando al mar a la derecha, la “buena”, pegadito al ventanal, muy abierta y con estufas altas, todo estaba perfecto, en su punto exacto cada plato, de elaboración, de cocción, de temperatura; La segunda, me toco en la estancia de la izquierda, como más de banquetes, estaba abarrotado, agobiante dada la situación actual (aunque con espacios suficientes entre nuestra mesa y las otras, no así entre otras que parecían ser comidas de navidad de empresa, eso sí, de 6 en 6, pero no aprende la gente oye), dos turnos, y en tercera o cuarta fila, se veía el mar sí, pero ni parecido a la anterior ocasión, y la comida, estando buena, no tenía nada que ver, perdió la magia de la primera vez.
Dado que jamás volveré en fin de semana, pero sí que lo haré, por supuesto que sí, entre semana, hablaré de la primera vez, la que me cautivó, y no de la segunda, que me dejó frío.
La cocinera tiene mucho toque y gusto, cuida el producto, las elaboraciones y las presentaciones, tiene punch. El buñuelo es top top, aunque de los patateros, ains, es fino y aéreo, me gustaría ver a esta cocinera haciendo un buñuelo sin patata (como debe ser), seguro que todavía mejora el actual, del que diré que es el mejor buñuelo de bacalao patatero que he probado, pero añado que prefiero que no lleve patata; el sepionet es brutal, de buen tamaño, fresco, bien cocinado, con una salsa mery a la que añaden cebollino deliciosa, y una mayonesa cítrica sabrosísima; la fritura de calamar de playa para mí es lo mejor, madre mía, que cortadas más hermosas, qué trozacos, qué textura, de esa “tirante”, de las que hay que morder y casi cruje, dulce, uahhhh ; el arroz rojo de periquitos, un arroz seco de camarones rojos grandes al que añaden colorante alimentario, de un color rojo espectacular, capa fina finísima, fondo logrado y punto exacto; la tarta Clara-Capuchina, especial, no para cualquiera, como muy norteña, con una mezcla de yema y crema pastelera muy acertada y un sutil y enloquecedor toque como ranciete, amargoso, oye qué personalidad.
Carta de vinos cortita, bueno, encuentras alguna cosa pero un restaurante que mima de este modo la imagen, el producto y la cocina, debería ofrecer más opciones.
El servicio, correcto, majas las camareras, pero un poco precipitado el tema. Culpa más de cocina que de ellas, pero el caso es que se te amontonan los entrantes y no mola, y mira que la segunda vez lo avisé, nada, ahí nos juntamos con los buñuelos, los calamares y el sepionet, y eso agobia bastante. Una pena porque juer con lo bueno que está todo…
Teniendo en cuenta la calidad del producto, muy buena RCP.
Acabo reiterándome: no esperen verme por ahí un fin de semana, pero amigo, entre semana… fácil que nos encontremos.
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