La Gastro de Chema



Ubicación: Calle del Barco 7
       Madrid (Madrid)
       España
Código Postal: 28004
Teléfono: 913642263
Horario: Martes a Domingo de 13:30 a 15:30 y de 21:00 a 23:30 Lunes Cerrado
Menciones:
Tipo de cocina: De autor
Te puede interesar:
Web: https://lagastrodechema.com/
Precio estimado: 40,00€

Valoración media :  
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4 stars   0
3 stars   1
2 stars   0
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3 estrellas de 1 Valoraciones
Cocina 4 4
Servicio 4 4
Local 3 3
Servicio del vino 2 2
Relacion calidad-precio 4 4
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3 comentarios sobre “La Gastro de Chema

  • el 28/01/2019 a las 11:08
    Permalink

    Chema Soler, un joven cocinero valenciano que se dio a conocer en 2011 en su local de la calle Segovia, nos traslada sus ideas gastronómicas a la calle Barco, epicentro de la zona más moderneta o hipster de la capital.

    El local es acogedor, de estilo malaseñero (mesas sin vestir, cubertería ecléctica, etc.). El servicio atento, nos trajeron tantas jarras de agua como les demandamos, sin coste ni queja, como es habitual en otros lugares.

    La base de Chema parecen ser las croquetas, de hecho dominan la carta y no hace mucho el sitio se hacía llamar la gastrocroquetería. Así con las croquetas como espina dorsal arma una carta interesante o varios menús degustación (a 25 y 34 euros) donde probar sus propuestas.

    Propuestas que se basan en una cocina de autor, con ciertos toques mexicanos, como tan de moda está por estos lares. Además Chema tiene un local más informal en Ponzano, otra de las calles gourmet de la capita, dónde realiza una cocina mexicana con toques asiáticos: La Gastrosalvaje.

    Nos decidimos por el menú más largo, que por 34 euros compone 2 aperitivos, 6 platos y un postre. Precio bastante confortable, teniendo en cuenta que, como cantaba Sabina, hablamos de Madrid.

    Se comienza con dos aperitivos sencillos: minitortilla de maiz (un nacho, vaya) con guacamole y salmón y un “huevo relleno” servido en un huevo cerámico (que era básicamente un ensaladilla rusa).

    Posteriormente comienza la secuencia de platos:

    – Mejillones en Bloody Mary de clamato (estilo ceviche). Rico y sorprendente, con su salsa de tomate, su apio… le faltaba un toque cítrico y/o picante para darle fuerza.

    – Tartar de corvina salvaje a la bilbaína con crema de queso y tomate seco. Uno de los platos del día. Servido en una tortilla de maiz, muy fina y crujiente, buen contraste entre la corvina y el tomate seco, un gran plato.

    – Turrón de foie. Un lingote de foie, con almendras, quizás algo dulce. No estaba mal, pero parecía un postre y además es un plato que fue rompedor hace más de 15 años.

    – Croquetas de cochinilla pibil. Quizás no sea un plato para todos los días, ya que además de la masa de la croqueta, iba servido sobre una tortilla, de modo que machacabas la croqueta y te hacías un taco. Sabroso. Porn food.

    – Croquetas de carabineros y Kimchi. Otro de los grandes platos del día, increible sabor del carabinero potenciado con el kimchi.

    – Gyozas de Gambas con guisito de carabinero, jengibre y chile chipotle. fusión asiático-mexicana con fondo patrio, algo que ya está muy repetido pero que no deja de estar bastante rico. Deliciosa combinación.

    – Coca de rabo de toro. Estaba rico, pero le faltaba algo para darle más sabor, además la coca era demasiado gruesa.

    – El postre consistía en un pastel de caramelo y vainilla, quizás algo empalagoso.

    En cuanto a la carta de bebidas: cuentan con varias cervezas artesanas, que es algo que a mi juicio le pega mucho al barrio y a la cocina. Además una corta carta de vinos, con alguna propuesta curiosa. Lamentablemente el 70% son vinos tintos, que juntan peor con estas comidas eclécticas y especiadas. Las copas son bastante mejorables, no veo lógico que un restaurante con estas inquietudes no tenga unas copas más vistosas. No hace falta esas que vienen de Austria pero hay varias en el mercado que sin ser caras mejorarían las prestaciones. Afortunadamente los vinos de la carta son vinos asequibles y hay oferta para casi todos. En nuestro caso la comida fue bastante bien con un ligero O Alborexar, ribeiro tinto de sousón, brancellao, caíño y ferrón.

    En resumen, una propuesta más al quizás algo saturado panorama de la fusión gastronómica madrileña, como extra bonus, aquí tenemos el tema de las croquetas. Por 34 euros es un menú bastante bien elegido y equilibrado, no sé si merece una segunda visita pero estando donde está, podría ser un lugar interesante para picar alguna croqueta.

    Valoración media 3 3
    Cocina 4 4
    Servicio 4 4
    Local 3 3
    Servicio del vino 2 2
    Relacion calidad-precio 4 4
    • el 28/01/2019 a las 22:45
      Permalink

      Ole, ole y ole ese Aitor! Bienvenido! Debutando por la puerta grande!
      Me ha molado lo de porn food (como a @lair)
      Oye, fíjate que importantes son los finales. Si no leo tus dos últimas líneas hubiera pensado que te había parecido una excelente opción… Pero no, oiga, hay que leer hasta el final. 😉
      Abrazote

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