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Clásico, clásico.
En un pequeño barrio o aldea a las afueras de Santoña, está este restaurante especializado en pescado y marisco de clásicas hechuras. Mucha madera, decoración marinera, mesas muy juntas y ambiente muy bullicioso (al menos un sábado a mediodía).
Entrantes clásicos: rabas (buenas), salpicones varios, muergos (navajas pequeñitas, pero sabrosas), etc.
Y luego los pescados que tengan, de distintos tamaños. En nuestro caso dos buenos ejemplares de lubina y machote (dentón o sama, parece).
Postres sin interés.
Bodega extraña, o al menos a mí me lo parece. Con un 80% de vinos tintos. En cualquier restaurante sería extraña una bodega así, que más en uno sitio especializado en pescado y marisco. No voy a cometer la paletada de pensar que pescado=vino blanco, pero estoy seguro de que todos esos Riberas de 14 y 15 grados no casan con el marisco y el pescado. De entre lo que había de blanco pudimos más o menos elegir:
– Mar de fondo 2022. Un blanco cántabro de coupage curioso (albariño, riesling, godello y hondarribi zuri). Cierta potencia y buena acidez. Agradable.
– Itsasmendi 7 2020. Un txakolí con algún añito, que se ha convertido en un gran vino. Que gozada.
– Guitián 2023. Cómo me gusta este vino, pero le pasa lo contrario que al anterior. Joven e insulso.
Copas bastas, pero a cambio precios muy agradables. Cada vino de los tres que bebimos, facturados a unos muy agradables 20 euros.
Servicio algo lento en ocasiones, normal al estar lleno hasta reventar.
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Juer, por Argoños, veo.
Con lo que he pateao yo Santoña y aledaños, las villas marineras, las veces que habré pasado y ni me suena.
P.D.: Te voy siguiendo la pista con mucho interés… 😉
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Me lo recomendó @jose, aunque él creo que no había estado.
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