Ubicación: Carrer Rascassa, 1
Dénia (Alicante/Alacant)
España
Código Postal: 3700
Teléfono: 965784179
Horario: Cierra lunes y martes
Menciones: 3 Estrellas Michelin y 3 Soles Repsol
Tipo de cocina: Creativa, De autor, y Mediterránea
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Web: https://www.quiquedacosta.es/
Precio estimado: 250,00€
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Llevo días dándole vueltas a como afrontar el comentario y no hay forma, por un lado no quiero parecer que no le de ningún crédito a su cocina, técnica, talento o esfuerzo, pero por otro lado sí que puedo afirmar, que de los catorce bi o triestrellados que he estado en mi vida (tampoco es algo abrumador, pero ya empieza a ser un muestreo digno) ha sido sin duda, del que menos satisfecho he salido, e incluso con algún monoestrellado estaría ahí, ahí.
Tengo que reconocer que partía con dos cosas en su contra, por un lado que no me cae nada bien el personaje -todo lo mal que te puede caer alguien que ni siquiera conoces personalmente, claro- y por otro, que las experiencias que había tenido en sus tabernas y estrellado El Poblet, con el menú histórico Quique Dacosta, habían sido bastante flojas, pero también he de decir, que fui en su día con prejuicios parecidos a Can Fabes, y no me impidieron disfrutar de lo lindo.
Y es que me cuesta encontrar platos que realmente me fascinaran (todo lo contrario a lo que me había pasado en Arrels una semana antes) y de la larga lista de platos y snacks, apenas destacaría la sopa de angulas y anguila, la mayoría pasaron sin pena ni gloria, e incluso con un par de platos tirando a lo desagradable, como el arroz con ostra y algas. También es cierto que -repitiéndome una vez más- no termina de ser justo juzgar este tipo de restaurantes en una única visita, y con un único menú probado, pero es lo que hay.
Hubo un par de platos/servicios peculiares que le dieron cierta vidilla a la experiencia, por un lado la mesa de salazones (con especial atención a la ventresca), y por otra el homenaje al producto rey local, sirviéndote una gamba roja cocida sin más historia.
Para beber, sendas botellas de Táganan Campanario 2018 y Ultreia Cova de la Raposa 2013, con cierta desatención de rellenado, y sensación de sentirnos ignorados por el sumiller.
Resumiendo, disfrute contenido, tampoco puedo decir que fuese algo horrible, pero dudo que haya una segunda oportunidad, y menos con tanto sitio por conocer.
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El menú detallado, por cierto.
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Juer, Pili, me dejas de piedra, a mí fue de los 5 restaurantes del mundo que más me han gustado. Y si fuerzo, incluso te diría que de los 3 mejores.
A mí el tema sumillería me fue de miedo, salimos “serviditos”. Había por entonces un tal Navarrete como sumiller jefe, muy peculiar, pero con el que conecté de inicio y fue rodado, no dábamos abasto con lo que nos servía, vaya crack. Y con explicaciones interesantísimas de cada referencia.
Tengo un recuerdo maravilloso de esa comida.
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Sí, ya imagino, parezco el conductor que piensa que van todos en dirección contraria, al final supongo que seré yo que no conecto con determinadas cocinas, mi mujer también disfrutó mucho.
He visto fotos y podría ser él pero la mascarilla…, ¿te suena que fuese murciano? 😀
Ah, por cierto, ¿Cuándo fuiste tú había hielo en el mingitorio? XDDDDDD Me dejó pilladísimo.
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No oye, que todo depende del día, de la propuesta de ese año, de la temporada, no sé, de muchas cosas. Yo fui hace tres o cuatro años, conociéndote, estoy segurísimo de que si hubieras venido ese día y hubieras vivido exactamente lo que yo viví, también te hubiera entusiasmado.
Lo del hielo, no, tío… Y salía humo? jajaja
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