Ubicación: Parque Grande de José Antonio Labordeta, s/n
Zaragoza (Zaragoza)
España
Código Postal: 50006
Teléfono: 976148581
Horario: Abre todos los días del año, mañana, tarde y noche
Menciones:
Tipo de cocina: Actualizada, Arroces, y Asador
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Web: https://grupofuenclara.com/roto-zaragoza/
Precio estimado: 55,00€
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ROTO. Se trata de una pequeña cadena de tres restaurantes, y cito en orden de antigüedad: Ibiza, Formigal y Zaragoza. El de Zaragoza, que es el que aplica a esta reseña, abrió hace unos pocos meses.
Empiezo pegando fuerte: “Mucho ruido y pocas nueces”. Lo iré matizando y suavizando en el transcurso de la reseña.
La ubicación me enamora, a la entrada de “mi” parque, parque que ha cambiado de Primo de Rivera al gran Labordeta. El “parque grande” de Zaragoza de toda la vida, vamos. Y concretamente, donde antes estaba el humilde y añorado “Flandes y Fabiola”.
Yo no elegí el sitio, de hecho no sabía ni que lo habían cambiado, me enviaron ubicación para ir a la cena, y cuando llegué flipé, ¡pero si esto es (era) Flandes y Fabiola! Ahora de humilde nada, juer, han efectuado ahí una potente inversión y han montado un pedazo de local guapo, guapo, con una terrazaca bien puesta, una sala en planta baja espectacular, enorme, espaciosa, luminosa, con moderna decoración a caballo entre sofisticado pub cosmopolita y restaurante desenfadado, y arriba un roof top para fiestas privadas. Abre 365 días al año en amplio horario, van a por todas.
Música marchosa alta, muy alta, que, de modo muy estudiado, cada x tiempo la ponen todavía más alta durante unos segundos, como para que espabiles, bailes o cantes o lo que sea. Este aspecto marca de algún modo el devenir de la cena, porque por un lado resulta alegre y jovial, pero por otro impide mantener una conversación con normalidad.
La oferta culinaria pues como muy al uso actual, combinando elaboraciones clásicas con producto patrio en teoría bueno y caro, con sección de arroces, brasas, sushi… en fin, lo de siempre últimamente, me recordó algo a Tatel.
Pedimos muuuchas cosas, éramos una mesa larga, y fue como a compartir por zonas, os hago seguir lo que yo recuerdo que “cayó” por mi zona:
• Ostras Guillardeau
• Ensaladillla López con gambas
• California roll
• Croqueta de gambón
• Calamar a la brasa
• Brioche de steak tartar de vaca madurada
• Linguine de bogavante
Nos quedamos con las ganas de pedir los “Nigiri de vaca madurada con foie flambeado” que, según los contertulios, de solvente criterio, era lo mejor de la carta, peeeeeero no había. Como tampoco había un espumoso argentino que nos llamó la atención (acabamos con el infalible AT Roca, no sin antes de pimplarnos una estupenda garnacha bilbilitana, Manga del Brujo 2021, de Norrel Robertson, El Escocés Volante).
Bueno, pues una propuesta que no aporta nada en lo estrictamente gastronómico (me dejó frío) no así en lo “ambiental”, donde sí que aporta, y mucho, pues se trata de un lugar muy cool y divertido en el que lo puedes pasar estupendamente. El secreto es elegir bien con quién vas y a qué vas. Hay que ir a divertirse, con gente que quiera divertirse y para la que lo gastro esté en segundo plano. Ojo, que mal no se cena, ¿eh?, que todo estaba correcto (excepto la ensaladilla, que era muy mejorable), pero eso, lo dicho.
Yo me lo pasé muy bien.
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