Saiti



Ubicación: Reina Doña Germana 4
       Valencia (Valencia/València)
       España
Código Postal: 46005
Teléfono: 960054124
Horario: Domingo cerrado. Lunes noches cerrado
Menciones: Bib Gourmand Michelin y 2 Soles Repsol
Tipo de cocina: Actualizada, De autor, y Valenciana
Te puede interesar: Con Wi-fi
Web: http://www.saiti.es/
Precio estimado: 80,00€

Valoración media :  
5 stars   3
4 stars   3
3 stars   0
2 stars   0
1 stars   0
5 estrellas de 6 Valoraciones
Cocina 5 5
Servicio 5 5
Local 4 4
Servicio del vino 5 5
Relacion calidad-precio 5 5
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17 comentarios sobre “Saiti

  • el 02/09/2023 a las 07:15
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    Se me ocurren pocas experiencias gastronómicas estivales más estimulantes que cenar en Saiti.

    Agosto, entre semana… y siento la susurrante llamada de Vicente Patiño: “Aureeeeelio, veeeen”. Y voy, ¡Y con qué ilusión! Esa atmósfera de la sala, esa frescura y genialidad de cocina, ese aparcar en la puerta.

    Y otro agosto más que sentí la llamada, y otro agosto más (y van…) que fui. Y otro agosto más que salí aplaudiendo con las orejas.

    Por la noche suelo pedir el menú intermedio en lo referente a extensión, sobre todo por los acompañantes, ya que el largo se les hace muy largo. Pero es que agárrate, el medio consiste en Snacks / 6 entradas / Pescado / Carne / 2 postres… ¡tírali garrofes!

    La noche de autos, el “Menú Na Germana”, que así se llama, contempló las siguientes viandas:

    —————
    Snacks
    • Gilda valenciana de pescado blanco
    • Brioche de titaina del Cabañal
    • Tomate verde encurtido

    Entrantes
    • Llisa ahumada a la brasa con rábano encurtido
    • Bonito, cacahuete y miso
    • Gamba blanca, romescu, nantua y aire de ajo y perejil
    • Capellán y salsa bearnesa
    • Calamar, guiso de sus interiores y gazpachuelo
    • Arroz de pesto, tomate y almendra

    Principales
    • Lubina salvaje, amontillado y espinacas
    • Lomo de orza, pimientos verdes fritos y yema cítrica

    Postres
    • Cítricos y canela
    • Merengue, limón y apio

    —————

    La cocina de Vicente Patiño es que es cautivadora, sugestiva, embriagadora, con emplatados muy estéticos y cuidados. Top, top, top, muy top. Elaboraciones muy técnicas, con mucho sentimiento, cada vez más basadas en Valencia y sus productos y tradiciones (¡ole por ese jativés, ole por ese setabense, ole por ese socarrat!)

    Y me falta otra cosita, amigo: todo es muuuuy sabroso, todos los platos son adictivos. En esta ocasión, fue en el último pase salado en el que estalló la bomba, qué manera de cerrar la mascletá sápida con el lomo de orza, pimientos verdes fritos y yema cítrica”. ¡Ostrás! El lomo iba como desmenuzado cual carrillera y encerraba una oleada de micro detonaciones gustativas en cada bocado, Diossssssssssss. Plas plas plas.

    La sala de Saiti siempre ha funcionado como un reloj, siempre impecable, tanto en el servicio como en las instalaciones, no hay más que ver los níveos e impolutos manteles y servilletas, las copas de altísima gama sin un atisbo de cal, las vajillas siempre innovadoras y refulgentes… y los camareros, coordinados, bien dirigidos, atentos y muy profesionales.

    Ya no está el gran Daniel Espino que, amistosamente, no podía ser de otro modo, ha volado a otro proyecto, pero… ¿creéis que se puede echar a alguien de menos, por muy grande que sea éste, bebiendo esto?:

    Romate Fino Marismeño / Peter Jakob Kühn Quarzit Riesling 2018 / Mixtura Blanco Independent wines 2019 / Vinya Alfori 2019 / Hacienda Arínzano Chardonnay 2021 / Nicolas Maillart Champagne Platine Premier Cru / Domaine Antonin Guyon Pinot Noir Bourgogne 2019 / Attis Sitta Pereiras Naturalmente Dulce 2022 / Pandorga Pedro Ximénez 2021

    Bueno, bueno, bueno, vaya maridaje, epatante.

    Hay pocos restaurantes en España con ☀️☀️ Repsol y sin ⭐️, que yo recuerde, además de Saiti, Regueiro y mis queridos amigos de Apicius. En los tres casos, mucho más criterio la Repsol que la Michelin, amos hombre, en qué cabeza cabe.

    Vicente, el eterno candidato, el que siempre sale en las quinielas, la conseguirá, porque año a año se supera. ¿Que no me dan la Michelin? Subo la apuesta. ¿Que no me la vuelven a dar? La vuelvo a subir. No baja un ápice su propuesta, no la desnuda, sino que, como digo, la eleva, la viste más. Para el comensal, desde luego, un gustazo.

    ¡Aúpa ese Patiño, oño! ?

    Valoración media 5 5
    Cocina 5 5
    Servicio 5 5
    Local 4 4
    Servicio del vino 5 5
    Relacion calidad-precio 5 5
  • el 12/03/2022 a las 20:15
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    Ayer estuve en Saiti. Mucho, mucho tiempo, demasiado sin ninguna dura, regresé a lo que para mí es un enorme restaurante. Reconozco que siempre me han atraído las causas perdidas y siempre he admirado, he admirado mucho, a los que nunca se dan por vencidos cuando nadie apuesta por ellos, admiro profundamente a aquellos que los puedes tumbar con golpes más o menos morales y se levantan, se limpian la ropa y siguen para adelante. No voy a entrar en la enorme injusticia que supone la falta de reconocimiento de este cocinero en la Guía “famosita”. No hace falta haber ido a Oxford para darte cuenta que la sociedad esta evolucionando hacia la estupidez más absoluta, que los cimientos en los que se basa los famoseos son cada vez más endebles, que el concepto de triunfo va ligado, en la mayoría de las veces, al postureo y los influencers (se dice así, no?). Lo de la gastronomía ya hace tiempo que está rozando lo ridículo, y, por qué no decirlo? hasta lo indignante. Por eso, cuando encuentras un sitio del que sales reconciliado con el arte más maravillosa que hay, es como si respiraras aire fresco donde has estado oliendo a humedad y podredumbre. Ayer volví a disfrutar, volví a llegar al cielo a través de la genialidad, del trabajo, de la humildad y de la creencia.

    Tengo tres pasiones por encima de todo. Una me permite vivir, a má y a mi familia (la Medicina). Otra me da más disgustos y sufrimientos que alegrías, pero cuando tengo una alegría, no hay nadie en el mundo mas feliz que yo (el Valencia). Y la última me sirve para reconocer el arte en un plato y disfrutar, disfrutar, disfrutar (los Restaurantes). Las tres me han permitido vivir el cielo en la tierra, cada una en un plano, cada una de una manera diferente, pero las tres tienen en común que, en muchas ocasiones, han dado sentido a mi vida.

    Venía yo pensando, como poder plasmar, lo que ayer viví, una vez más en Saiti. Decían los clásicos que en el trayecto del corazón hasta la boca las palabras pierden fuerza y sentido. En esas estaba yo, dándole vueltas, impotente por no ser capaz de trasmitir lo que una comida me hizo sentir. Y al final, pensé que quizás lo mejor era unir el Valencia y el Restaurante. Soy consciente que, y más en la actualidad, para muchos no dejaré de ser un chalado, abuelo nostálgico y que no represento a nada y a nadie. Es verdad, bueno, es casi verdad. Yo solo me represento a mi mismo. Y no quiero representar a nadie más. No voy a crear ninguna tendencia, ni voy a oponerme a mareas de opinión que, dicho sea sin respeto, desprecio desde el minuto cero. Sólo quisiera, a través de esta asemejación, rendir mi más sentido homenaje a Vicente Patiño y su gente. Y de paso, y aprovechando la circunstancia, a todos esos Vicentes y sus equipos que hay en España que nunca se rinden (Recordad: Es imposible vencer a quien nunca se rinde), que siguen creyendo en ellos aunque en muchas ocasiones se sientan solos, en esa soledad cruel que otorga esta sociedad a quien no cumple los parámetros dictatoriales y arbitrarios, parámetros basados en el humo y en la tontería, y como decía, intentar demostrarles que aunque ellos no lo sepan, no están solos. Tienen a su gente, tienen a su familia y tienen a los defensores de los sueños.

    Bien, después de este rollo, diré que ayer, en un ejercicio de Ciencia Ficción, a la hora de comer fui a ver un partido de futbol. No jugamos en Mestalla, pero casi. Para mí, Mestalla es mi casa (mas de 60 años yendo) y Saiti también es mi casa. Ni Mestalla es el campo más moderno, ni el mas chic, pero para mí, repito, para mí, es mi Templo y mi casa. Saiti no es el restaurante más “cool” ni hay que reservar con un mes de antelación, pero, para mí, repito, solo para mí, es mi casa. Jugaba mi Valencia contra un equipo de fantasmas. Fantasmas en casi todas las acepciones de la palabra. Fantasmas porque son fanfarrones y faroleros. Fantasmas porque son cobardes y nunca van de frente. Fantasmas porque, como si de un secreto de estado se tratara, nadie sabe sus nombres .

    Alineación nuestra:

    .- Portero – Cañizares: Sobriedad. Ni una aspaviento, ni una concesión a la galería. Portero elegante, inteligente y que ordena la defensa. Todas esas virtudes tienen los snacks de Saiti. El brioche, el eclair, el bombón, la zanahoria, son sobrios, sin tontearías, pero pletóricos. Declaración de principios.
    .- Lateral derecho – Quique Sánchez Flores: Elegancia, sutilidad. Plato de la tavella
    .- Central diestro – Ayala: Contundencia, marca la raya desde el minuto cero. Ayer repitió la frase mítica que le dijo a Pellegrino en su primer partido juntos: “Flaco aquí hemos venido a jugar a futbol”. Y jugaron, vaya que si jugaron. Plato de las quisquillas con ese fondo maravilloso…
    .- Central zurdo – Ricardo Arias: Fuerte, potente, pero con un toque balón que las metía a 50 metros, al hueco. Juega al futbol con chaqueta y corbata. La ostra con el aspic de tomate y guacate a la brasa viene a la mesa vestida de chaqué. La elegancia, la sutileza no esta reñida con el sabor. Emocionante
    .- Lateral izquierdo – Jose Luis Gaya: Seguro de vida, incombustible, letal en ataque, roca en defensa… Un ejemplo, el mejor lateral de la historia de mi equipo… Si probáis la pelota de perdiz y trufa entendéis lo que digo.
    .- Medio centro ofensivo – Baraja: Sorprendente, todo terreno, lo mismo en tu área que saca un córner o lo remata: Manzanilla Kika, Gómez Cruzado blanco reserva 2012, Palo Cortado Viejo C.P, Remirez de Ganuza blanco Reserva 2015, La Casilla Amontillado, Domaine de Montbeargou Savigny 2017, Casa Castillo Cuvee N 2015, Raymond Lafon Sauternes. Todo obra de Danny, otra concepción, otra dimensión. En todo el campo cubriendo absolutamente todo el tapiz.
    .- Medio centro defensivo – Albelda: Nadie habla de el porque los postureos impiden reconocer el trabajo sordo, necesario e imprescindible de la sala. Y ahí emerge María Jose. Perfecta, simplemente perfecta… Es imposible ganar si no tienes medio centro defensivo, como es imposible disfrutar una comida sin una sala de altura. Y entre ella y Dani lo logran… Inconmensurable.
    .- Medio de enganche – Pablito Aimar: y sale la magia, el arte, el que hace posible lo imposible, el que arranca un ooooooooooooooh en la grada cuando destapa su tarro de las esencias. Quiebro con la cadera, toque a primero, desmarque… Pregunten por el plato de la lubina.
    .- Primer delantero – Mario Kempes… Potencia, arranque de Ferrari, quiebro como si estuviera en las nubes, pelota pegada al pie y remate demoledor… Elegancia, potencia y remate… Razón: Pregunten por el plato de la liebre.
    .- Segundo delantero – David Villa: Él solo se inventa el gol, y encima parece que no haga nada. Distinto, diferente, único. De los que parece que no existen pero te hace un roto en cada jugada. Algo de eso sabría el plato de las codornices de la Landas
    .- Tercer delantero – Waldo: Si si, Waldo el de los 60, el de esa época que los influencers dicen que no se jugaba a futbol. Se olvidan que las botas pesaban diez veces mas, el balón te partía la cara en cada cabezazo y el césped no drenaba si había llovido. Pero eso, para los “sabios” de ahora no tiene importancia… Y ahí estuvo Waldo recordando que la tradición ha hecho posible el presente. Las espardeñas al café de Paris podrían ilustrar algo sobre esto…
    .- Entrenador – Rafa Benítez: Cuando vino, otra vez, los sabios y los influencers de la época dijeron que tenia nombre de torero. Ganó 2 Ligas y una Uefa antes de hacer Campeón de Champions al Liverpool en la mejor final de la historia. Hablad con Vicente Patiño, él de esto sabe un huevo… Los que lo ningunean ahora porque no ha ganado una liga no recuerdan que ha habido muchos entrenadores en la historia que no ganaron la Liga, pero ganaron el corazón de los socios… ¿que vale más? Y claro, estos eso no entienden. Es como intentar explicar astrofísica a una piedra… Imposible. Lo que no puede ser no puede ser, y además es imposible, como dijo el maestro Guerra (el torero, no el otro).
    .- Y hubo más platos, porque el equipo jugó a gusto. Como se dice en el fútbol: El equipo se adornó, cerro la defensa, abrió el campo y se jugó a futbol del de verdad. No hubo bluff, ni guaperas que van de models. Hubo “box to box”. Cuerpo a cuerpo. Intensidad, plenitud, arte y por encima de todo, magia mucha magia… Por cierto, el equipo de fantasmas con el que teníamos que jugar no se presento… No me sorprende, es lo que tiene ser cobarde y prepotente. A la hora de la verdad… humo, humo y mas humo…

    Y poco más que decir. Si has aguantado hasta aquí, sólo rematar (y nunca mejor dicho) que estas letras son un pequeño homenaje a todos los Vicentes Patiño y su gente que se dejan su vida, su trabajo, sus ahorros, sus sueños. Que se dejan todo esto, para que luego aparezca un psicópata frustrado porque su existencia es gris desde que nació y que cuando se muera seguirá siendo tan gris o incluso negra, y disfrutando de su minuto de gloria hunda en el pozo todo lo anterior. Sé que no sirve de mucho el apoyo que alguien como yo de a estos héroes, pero en cualquier caso, queda testimonio de mis mas absoluta admiración hacia ellos.

    Ayer fue un partido maravilloso, un sueño de comida y la sensación que te queda es, que lo mínimo después de este espectáculo, es dar las gracias a quien te ha hecho feliz. De corazón: muchas gracias.

    Valoración media 5 5
    Cocina 5 5
    Servicio 5 5
    Local 5 5
    Servicio del vino 5 5
    Relacion calidad-precio 5 5
  • el 14/12/2021 a las 06:16
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    Una locura de cena esta última visita, que espero y deseo sea la última sin ⭐, ya vale con la bromita, señores inspectores de la Michelin.

    Saiti lo tiene todo para ese reconocimiento, lo tenía ya hace años, pero en estos momentos es que ya es clamoroso:

    Vicente Patiño se encuentra en la plenitud de su oficio, crea, innova, pero con madurez, consiguiendo platos tan rompedores como equilibrados, un auténtico deleite para los sentidos.
    – La sala la tiene absolutamente impecable, una pulcritud llamativa, con esos manteles blancos impolutos, esas vajillas y cuberterías vanguardistas, y esa cristalería de la más alta gama.
    – El servicio es redondo, intachable, trasmitiendo con naturalidad la esencia de la cocina, con una Majo estelar y un sumiller como la copa de un pino, Daniel Espino, con unos maridajes del más alto nivel y acierto.

    No se puede dar ni apostar más, debería sobrar para conseguir esa ansiada estrella.

    ————–
    ? Menú Na Germana 7.12.21

    Snacks
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    Entrantes
    Escabeche de mejillones con melocotón
    • Cremoso de setas y erizo de mar
    • Ostra, manita de cerdo y jugo picante
    • Carabinero y su caldereta
    • Bisque de cangrejo
    • Vieira, guisantes y mantequilla

    Principales
    Lubina, suquet de lemon-grass
    • Liebre a la Royal

    Postres
    Merengue, limón y apio
    • Turrón, jengibre y yema tostada

    ————–

    Esta noche es la gala, esta noche es el día, mucha suerte Vicente, y si no la hay, pues no pasa nada, ya estamos acostumbrados. Seguiremos ahí.

    Valoración media 5 5
    Cocina 5 5
    Servicio 5 5
    Local 4 4
    Servicio del vino 5 5
    Relacion calidad-precio 5 5
  • el 23/08/2020 a las 07:50
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    Vicente Patiño y su Saiti continúan, inasequibles al desaliento, en la búsqueda de justicia. Justicia en forma de preciado galardón. ¿Cómo puede ser que a estas alturas Saiti no tenga una estrella Michelin? Es algo absolutamente incomprensible.

    Saiti tiene todo para ello, y Vicente ha apostado todo por ello. Tienen talento, tienen sala, tienen cocina de autor de mucho quilates apegada al terruño, tienen regularidad, rigor, y, lo más importante según los hacedores de la mencionada guía: tienen “plato”. ¿A qué me refiero con esto? Muy sencillo. La Guía Michelin se precia de que la estrella la otorgan a lo que hay dentro del plato, no a cómo lo sirven ni a dónde lo sirven. Pues bien, dentro de todos los platos de Vicente Patiño hay magia, sabor a raudales y autoría genial marcada por esos brillantes fondos sápidos y por la reinterpretación de platos tradicionales valencianos. ¿A qué esperan entonces? Porque además, si eso que dicen de que la dan sólo al plato no fuera cierto (muchos no nos lo creemos), es que ellos lo sirven de miedo, en un entorno cuidado, con unas vajillas, mantelerías, cristalerías y cuberterías de primerísimo nivel, con detalles especiales… En fin.

    En esta última visita tomamos el menú Na Germana, que el día de autos consistió en:

    Snack
    Galleta de algas al ajillo
    Taco de sang amb ceba
    Mini calabacín encurtido
    Infusión de verduras y flores de hinojo encurtidas

    Las tapas
    Ensalada de calamar, hierbabuena y holandesa de judía plana
    Merengue de clotxina, salicornia y piñones
    Ostra valenciana, jugo de ensalada fermentada, praliné de almendras y polvo helado de pimiento en salmuera
    Col marina, huevas de salmón y jugo de salazón
    Bonito, tomate confitado y laurel
    Escabeche de quisquillas, flores de ajo y caldo de pollo al limón
    Sepionet, tuberculos
    Blanquet de conejo y ensalada de romanescu y pesto de albahaca
    Guiso de tendones, cebolla, anchoa y esferas de tártara de yogur
    Arroz cremoso de pimientos verdes fritos, sardina de bota y uva moscatel

    Los platos
    Raya, chantilly de cítricos y cremoso de cebolla y px
    Pastrami de presa ibérica y cremosa de celery y vainilla

    El dulce
    Calabaza, vinagre y polvo helado de romero
    Blanc i negre

    Un puro espectáculo, un desfile de pases imaginativos, sabrosos a tope siempre, audaces, con guiños constantes a la Valencia de Vicente… Los fondos, como de costumbre, ultrasápidos, sin complejos en la elección de ingredientes, no le hace falta recurrir a productos exóticos para al final conseguir sabores exóticos. No sé si ha sido impresión mía pero en esta ocasión observo que le está prestando especial atención a los vegetales, tendencia.

    Destacar cuatro platos: el Escabeche de quisquillas, flores de ajo y caldo de pollo al limón, madre mía, que combinación de sabores, con esa viscosidad de las quisquillas casi crudas y ese untuoso y enloquecedor caldo de pollo al limón; la Col marina, huevas de salmón y jugo de salazón, qué juguetón se mostró aquí Vicente con algo que visualmente era un bacalao negro de libro y que, cuando mordías te llevabas la sorpresa de que era una… ¡col! eso sí, trabajada nosecuantasmil horas para otorgarle una textura sublime, aunque quizás las lascas eran demasiado grandes, seguro que mejora este aspecto, el plato era nuevo de esa noche; el Guiso de tendones, cebolla, anchoa y esferas de tártara de yogur, ufffff, ahí es donde la palabra sabor alcanza su máxima expresión, potencia desbocada, y complejos fuera, tendones, señores, tendones; y, por su originalidad combinada con el seguimiento de tendencias, el pastrami pero… Pastrami de presa ibérica y cremosa de celery y vainilla.

    Servicio de sala, como siempre, de 10, gente implicada, educada, afable y con oficio. En vinos, tiene carta y recursos para aburrir, aunque se notó, cómo no, la ausencia por motivos personales de ese sumiller crack mexicano llamado Dani.

    Te la darán, Vicente, te la darán.

    Valoración media 4 4
    Cocina 5 5
    Servicio 5 5
    Local 4 4
    Servicio del vino 4 4
    Relacion calidad-precio 4 4
  • el 14/03/2019 a las 21:18
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    Otro pasito adelante de Vicente Patiño en Saiti.

    Además de la evolución constante y sostenida que observamos en su cocina desde hace 5 años, ahora le ha dado un empujón a sala: mejor distribución de mesas, restyling estético comedido, y fichaje de nivel en servicio, con mayor dotación además.

    Ya era un gran restaurante, ahora aún lo es más.

    De los menús degustación que ofrece, disfrutamos de uno medio pero tuneao, con extras vaya. Tienen cintura y te lo permiten, algo muy de agradecer.

    Como siempre, un deleite, una sucesión de platillos gozosos, con punch, creativos pero muy de la tierra. Destacar dos de ellos:

    “Tuétano vegetal y marino con beurre blanc de crustáceos” (¡júrame que esto no lleva nada cárnico!, y me lo juró) y el “Fricandó de tendones, hongos y frutos secos” (vaaaaya toalla), dos bombas de relojería con objetivo paladar, alcanzado rotundamente en ambos.

    Chico, qué bien.

    Valoración media 4 4
    Cocina 5 5
    Servicio 4 4
    Local 4 4
    Servicio del vino 4 4
    Relacion calidad-precio 5 5
  • el 21/12/2018 a las 19:59
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    Local en el Ensanche con decoración Alpina , con un ambiente cálido y acogedor. Mantelería, cristalería , vajilla y cubertería de nivel. Sillas comodas con mesas bien vestidas y de adecuada separación entre ellas.

    Vinimos a probar el menú de invierno que consistío en :

    Ciervo en salazón Lamina de Ciervo sobre un mini panecillo crujiente como si fuera una patata soufflé pero con pan. Juego de texturas con un ciervo muy fino que contrata con la del pan. Elegancia

    Buñuelo de bacalao . rebozado perfecto con sabor intenso del bacalao. Profundidad

    Taco de Sang amb Ceba Taco mejicano con relleno con sabor de morcilla. A pesar de los ingredientes. Finura

    Bombón de Esgarrat rodeado de esfericicacion . muerdes y de golpe te inunda el Esgarrat. No da tregua ni respiro. Irrumpe sin pedir permiso y se explaya en tu boca. Sorprendente

    Laminas de viera , Tirabeques y tocino. El tocino envuelve a las laminas de vieira como si fueran un bocadillo y los tirabeques son los encargados del contrapunto no solo en la textura sino en el sabor , siendo los encargados de dar profundidad mantenida al plato. El orden en boca es Tocino-Vieira-Tirabeque al final vuelve otra vez la vieira. Mágico

    Chirivía , agua chile y erizo . Increíble como de un elemento como la chirivía en forma de espuma con un toque dulce puede acabarse un plato con un fondo profundo de erizo alto de sabor que , no sólo es discordante , sino que se potencia mas con el tubérculo. El picante del agua chile cierra el circulo con su toque de frescura. Melosidad, contundencia y frescura en cada bocado. Insuperable

    Tuétano vegetal y marino calabacín con un vaciado semejando la forma del tuétano relleno de crustáceo con un fondo de mantequilla con crustáceos y con salicornia . El fondo es para tomarse un litro directamente y el sabor vegetal y el marino de la salicornia unido por dicho fondo lo hacen un plato sobresaliente. Adictivo

    Ostra , col y veloute de caza y fondillón. Explicar este plato no es nada fácil porque en él se dan tantos matices , tantos sabores , hay tanta técnica , que me temo que no voy a poder expresarlos todos. Sabores de una ostra de primerísima calidad, combinado con el dulzor de la col y le potencia de ese veloute concentrado que te lleva al cielo sobre el fondo de fondillón. La secuencia en la boca podría ser mas o menos Col-Ostra-Veloute concentrada que te llena las papilas y……ahora viene el secreto……..acabas con sabor de ostra. Plato redondo , sin aristas, potente en tres sabores diferentes que surgen , vienen, van y vuelven. Complejidad maravillosa

    Langosta del Mediterráneo a la brasa , picada liquida y emulsión de sus corrales. En el plato anterior hablábamos de potencia y en el del tuétano decíamos que su fondo era para tomarse un litro. Unimos los dos y….sale este plato. Aquí tomas mar solido , mar liquido y mar en retronasal. Pero no pensemos en sabor basto u ordinario. Cuando muerdes la langosta explota y te llena la boca , pero el liquido envuelve con delicadeza el solido y te ayuda a mantener ese sabor maravilloso . Y es tan potente que entra por retronasal…….Emocionante

    Hígado de rape a la sal con jugo encebollado. Es como un mi cuit pero ni de oca ni de pate , de rape. Textura increíble propia de un mi cuit que es una pomada sin llegar a ser pomada con sabor marino sobre un fondo de toques dulces y una acidez final que aporta frescura al plato. Técnica superlativa

    Fricando de tendones, hongos y frutos secos . Vamos de potencia , vamos de sabores, vamos de sensaciones …….cada bocado es un discurso de homenaje a la tierra. Si en la langosta tenias el Mar a tu servicio , aquí es la tierra la protagonista. Y vaya protagonista. Cada bocado entra con fuerza , con paso directo , sin concesiones. Te envuelve con plenitud y te enamora. Plato marca de la casa

    Cap. y Pota con Sepionet a la andaluza . Y el final fue la explosión. Sabor a la enésima , sin contemplaciones . La unión con Sepionet de primerísimo nivel perfectamente rebozado sólo hace que impulsar hacia arriba el sabor de la ternera . El sabor no se fija en las papilas, se ancla , se queda unido en tu boca y se desprende poco a poco. Empaque

    Fruta de la pasión , Ruibarbo , Sesamo y Mandarina. Despues del brio , la calma, la limpieza , la acidez. Se limpia todo , es como si partiéramos de cero. El sésamo no es un mero acompañante , rompe y da otro margen de sabor y de textura . Frescura

    Tocinillo de calabaza y boniato , crema helada de tomillo cacao amargo. Postre muy parecido al Arnadí sin ser tan dulzón como aquel pero con una estructura similar. Magnifica la combinación con el tomillo que suaviza la melosidad del tocinillo y del caco que aporta junto al helado sabor terreo. Raíces

    Servicio de sala rápido y agil. Cercano, amable , diligente y profesional que contribuyen sin ninguna duda al disfrute del momento

    Pan de primerísimo nivel , acorde a la comida

    En breve hará 5 años que Vicente Patiño abrió Saiti. Su primer restaurante como dueño. Lo hizo en una época que había que tener no un par , sino muchos pares para embarcarse en un proyecto como este. Y lo hizo. Lo hizo porque creyó en sus posibilidades. No sólo él creía en Vicente Patiño . Muchos , tanto profesionales como simples clientes (como es mi caso) estábamos seguros que Saiti sería el inicio de una carrera sin limites. Eso si , una carrera de fondo, pero sin limites. Porque Vicente no tiene limites. Lo demostró en circunstancias adversas y lo lleva demostrando día a día desde hace casi 5 años. Cuando alguien tiene su aptitud para la cocina , su enorme capacidad de trabajo y sus infinitas ganas de mejorar , no puede tener limites. Su cocina es profunda pero delicada, potente pero elegante, imaginativa pero tradicional , versátil pero fiable . Vicente Patiño es capaz de hacer lo mas bonito (y lo mas difícil ) que un cocinero puede hacer : Puede emocionarte, puede abstraerte , puede llevarte al cielo en un bocado . Su cocina es evolutiva sin estridencias ni postureo. Es capaz de sacarte las virtudes de una materia prima , explotarlas al máximo y trasmitir su pasión en un guiso. Y eso no puede por menos que emocionar. Aquí no se viene a comer. Se viene a disfrutar. Se viene a dejarse llevar . Se viene a ser participe de una historia que trasciende lo que es un restaurante , se viene a participar en un modo de vida que se basa en explorar caminos a través de los fogones para hacer felices a los demás. De la misma forma que oyes un aria , ves un gol de tu equipo o admiras la ternura de un niño porque todo eso te trasmite emociones si vas a Saiti tienes que cambiar el chip y pensar que este local no es solo un restaurante. Y esto no seria posible sin su equipo de cocina: Luis Asensio como Jefe de Cocina (creo que lleva diez años con él) , Irene Pons como segunda de cocina y Borja Inclan . Enhorabuena por hacer magia en la cocina, por la imaginación, por la dedicación, por el esfuerzo y por el resultado

    Casi 5 años ………Y esto no es nada ……No es nada para lo que tiene que venir…..Pedazo de equipo, pedazo de Restaurante y Pedazo de Cocinero …..Don Vicente Patiño. Gracias a todos por trasmitir sensaciones y hacer feliz a la gente . Gracias de verdad y nos veremos en la carrera………

    Valoración media 4 4
    Cocina 5 5
    Servicio 4 4
    Local 3 3
    Servicio del vino 5 5
    Relacion calidad-precio 5 5

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