
Ubicación: Carrer Major, 19
L'Eliana (Valencia/València)
España
Código Postal: 46183
Teléfono: 962725328
Horario: Cierra lunes y martes, y noches de miércoles y domingos
Menciones:
Tipo de cocina: De mercado
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Web:
Precio estimado: 60,00€
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Una estimadísima fuente fidedigna local, siempre a la última en lo que atañe a la rica gastronomía de l’Eliana, me había recomendado este lugar… y me hago spoiler a mí mismo adelantándoos que… ¡vaya acierto!
Tanto es así, que un día fuimos a comer dos comensales, y a la semana siguiente volvimos a cenar cuatro. Si seguimos esa progresión, a la siguiente vamos ocho 😉 Oye, todo se andará.
Se trata de un pequeño restaurante ubicado en el centro de la animada l’Eliana, tan animada que a menudo no hay quien aparque, en este caso lo mejor es intentarlo en el parking público y gratuito que hay frente a la Renault. Yo tuve suerte y en ambas ocasiones lo conseguí, una maravilla, está a 5 minutillos a pie de ahí.
La sala, a la que accedes desde la puerta sin solución de continuidad, es sobria pero cuca, con unos grandes ventanales que le proporcionan una luz natural maravillosa a mediodía. Por la noche, la acertada iluminación provoca que te veas envuelto en una encantadora atmósfera intimista. Mesas amplias y con separación entre ellas, vestidas con blancos manteles de calidad, y equipadas con buenas vajillas y cuberterías, y con cristalerías top.
La alma mater de Sentir Gastro Mercat es un hombre-orquesta ubicuo llamado Juan Carlos Celdrán, propietario, chef, maître y sumiller. Un tipo “placeao”, que por lo que nos contó ha tenido varias vidas, cultivado, de conversación fluida y agradable y con gran poso gourmand.
Juan Carlos centra su oferta sin duda en el producto, en el mercado y en sus apetencias. Así, como mandan los cánones de esta filosofía, casi tiene más referencias fuera de carta que dentro de ella, lo malo es que no te las da por escrito, te las canta, con lo cual quedas un poco confundido ante la avalancha de sugerencias tan apetitosas. Eso sí, Juan Carlos te las repite con suma amabilidad las veces que hagan falta.
En su carta puedes encontrar interesantes entrantes, sugerencias del chef, buenos pescados y carnes variadas.
Entre el día que fui a comer y la noche que volví a cenar, como pedimos todo al centro en ambas ocasiones, probé todas estas cositas:
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• Ensaladilla de bonito Sentir
• Salpicón de pulpo con cola de gamba a la plancha
• Alcachofas confitadas
• Buñuelo de bacalao sobre crema de calabaza y ajo negro
• Calamar a la plancha con kimchi
• Manitas de cerdo a baja temperatura envueltas en acelgas clásicas
• Croissant relleno de rabo de toro con salsa bearnesa y brotes de cebolleta
• Huevo crujiente con camita de habitas baby, morcilla de Burgos y boletus
• Solomillo de Angus
• Huevo poché con sitake, wagyu y gamba roja
• Tarta de la abuela
• Torrija de brioche con helado de vainilla
• Strudel de manzana
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Puessss… como avanzaba, todo estupendo. Producto de calidad trabajado por una cocina franca y meritoria, de corte clásico, aderezadas con comedidas y seductoras veleidades.
Si hay que destacar algo comenzaré con el mal llamado “buñuelo de bacalao”, que debes pedir si vas sí o sí, que en realidad no es un buñuelo sino un taco de bacalao, macanudo, abuñuelado sólo en el fino, delicado, crujiente y enloquecedor rebozado, y que yo sacaría sin absolutamente nada, está tan bueno que me molestan tanto la crema de calabaza como el ajo negro, me despistan.
En esta difícil tarea del “destacado”, proseguiré con las “manitas de cerdo”, un plato feo de ver, pero maravilloso de comer, con las umamiescas manitas cocinadas a baja temperatura y envueltas en hojas de acelga, una logradísima combinación, ya que la acelga le confiere frescura y amargor a esas manitas de las que se te pegan los labios, ¡uauuu!
Y finalizaré la ingrata labor del destaque, con un plato que dice bien todo lo que Juan Carlos aporta al restaurante, el “huevo poché con sitake, wagyu y gamba roja”, un lujo sibarita presentado en una gran fuente con los productos por separado, y con Juan Carlos on fire montándote el plato en mesa mientras te da conversación. Utiliza la sitake, de buen porte, como cama, la baña con el huevo poché, dispone encima de ella una tira de wagyu, la corona con la gamba roja, y la remata con pericia vertiendo con las pinzas el jugo de su cabeza. Chico, chico, qué bocado. Caro, con esos ingredientes no puede ser de otra manera, pero qué delicia.
Y los vinos… ¿qué? Hombre, ¿no os decía que además de propietario, chef y maître, era sumiller? Tiene una carta de vinos no muy extensa, pero en la que se respira criterio y evolución. En las dos ocasiones nos decantamos por tintos gallegos, el primer día por un coupage de las locales brancellao, caiño y ferrol, D.O, Ribeiro, de nombre A Torna Dos Pasas 2022, y el segundo nos fuimos a la vecina D.O. Valdeorras, con un LG Valbuxán Tinto Lexítimo 2020, a base de mencía, brancellao, sousón y garnacha tintorera. Qué bien le van a la cocina de Sentir estas joyitas líquidas gallegas.
Venga, va, termino con una adivinanza: ¿creéis que habrá una tercera visita? 😜
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