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El restaurante que más nos gustó de nuestra estancia en Póvoa de Varzim, una localidad costera orientada al turismo que dista unos 30 km de Oporto.
Se encuentra en una zona tranquila del paseo marítimo principal de Póvoa, con una terracita agradable, pero tiene mucho más encanto el interior, tipo taberna portuguesa, cuidada y bien puesta.
Comimos un par de veces allá, cuento lo que tomamos la primera de ellas.
Entrantes:
–Almejas Bulhão Pato, uno de los platos más típicos de Portugal, en el que las almejas van cocinadas con cilantro, ajo, limón y vino blanco. Bastas pero muy sabrosas.
–Bolitas de bacalao, ricas
–Croquetas de alheira, acompañadas de una confitura de chiles para morirse, en la que mojé no solo este plato sino otros. La alheira es un embutido portugués de carne de cerdo y aves, con pan, especias, y hasta arriba de pimentón picante, qué buenas las croquetas.
–Strudel de alheira y espinacas, buenos también, unos canutillos de pasta filo en los que la espinaca moderaba la potencia de la alheira.
Principales:
–Bacalao com broa, cómo no, bacalao, aquí lo hacen de este modo, cocinado bajo un grueso sombrero de pan de maíz. Diferente, suculento, quizás algo seco.
–Naco à tasca, otro plato típico, no sé que corte de la ternera es, pero qué sabor y qué textura, muy bien. Acompañado de patatas fritas caseras deliciosas y ensalada.
Postres:
–Chescakes. Vimos que había uno sin apellidos, y otro “estilo new york”, así que pedimos los dos para comprobar la diferencia, uno era tipo tarta horneada y el otro como desestructurado en tres capas, mejor el horneado.
–Mousse Oreo. Una perdición.
Nos pareció una cocina portuguesa honesta, auténtica, contenidamente actualizada.
Carta de vinos muy centrada en Portugal, en especial en Douro, tomamos un buen blanco de las variedades côdega de larinho, viosinho y verdelho, Casa Boal Reserva Branco Douro 2014, y un tintazo coupage de touriga franca, tinta roriz y touriga nacional, Duas Quintas Ramos Pinto Douro 2017.
Por 25€/barba oigan.
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