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Tobera se encuentra en Las Merindades burgalesas, y es una localidad perteneciente al municipio de Frías, con el que rivaliza en belleza. Tobera es muy conocida por el pintoresco conjunto formado por dos ermitas medievales mimetizadas con las imponentes rocas y un puente de origen romano sobre río Molinar, y por las tres espectaculares cascadas que provoca el río al descender por su casco urbano.
El bar-restaurante Entre Pozas está en una antigua casa de tres alturas prácticamente a los pies de una de las cascadas, rodeado de pozas. La han reformado maravillosamente este mismo año manteniendo muchos elementos originales. En la planta calle está la barra, arriba el comedor panorámico y abajo la terraza colgando sobre el Molinar, colgando sobre la poza que forma la cascada y con acceso directo a la misma. Una auténtica maravilla tomarte algo ahí, con la hipnótica visión del agua cayendo y el ruido que ésta produce. Uahhhh.
Estaba alojado por la zona y, pese a que me reconozco como un irredento promiscuo gastronómico, fui a a comer un día de pinchos, otro el menú, y dos días a cenar. Fascinante el lugar.
La cocina es la típica de la zona, tradicional levemente actualizada, honesta y sencilla.
Al aperitivo tienes siete u ocho tipos de pinchos, gildas y tortilla de patata, para comer menú diario, y para cenar, bajo encargo, o pollo asado o cordero asado.
Los pinchos están ricos, el pollo asado delicioso, y el menú diario francamente competitivo. Por 16 € comí:
– Ensalada de tomate con pimiento asado
– Lasagna de morcilla de Burgos en salsa de pesto y piquillos
– Tarta de queso
Muy bien, muy a gusto, esa terraza es adictiva, porque además de las vistas impagables tienes una buena y honesta comida y un cariñoso trato que te brindan Jon Ander y su equipo, todos familia, todos de Tobera. Buena gente.
Las Merindades tienen estas cosas.
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¡Que ambiente más chulo! Pero, perdona que rompa la magia, ¿no es un ruido fuerte, no? He estado al lado de cascadas donde el ruido del agua era atronador. Supongo que aquí el caudal y la altura de la misma dará una sensación agradable pero he tenido dudas.
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Jajaja, no rompes la magia, descuida.
No, al menos en verano, el ruido no es ensordecedor. Está presente, pero permite mantener conversaciones en la mesa sin ningún problema, no hace falta alzar la voz.
Pero claro, en otras estaciones en las que el Molinar lleva mucha más agua… ya no sé, amigo. Lo comprobaré y te digo.
P.D.: Te dejo foto tomada desde encima de la cascada que cae en Entre Pozas, para que te hagas idea de la distancia. Se ve el restaurante abajo, con los toldos y la terraza (que como ves tiene acceso directo a las dos pozas que hay bajo la cascada, vaya baños… cañita y bañito)
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Oye, pues tal como te dije, @dani, volví en temporada de lluvias (mira como bajaba en la poza de arriba, diossssssssss) y se sentía mucho más el ruido, pero aún podíase hablar y entenderse 😉
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