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Pues qué alegría que este lugar siga siendo. Hacía un zurro de años que no iba, ¡ y qué bien que siga igual ! Barra en la que acodarte, su par de saloncitos para comer (tienen menú del día) o cenar. Y siguen teniendo esa querencia por el vino que lo hace un lugar en el que refugiarte cuando apetece algo sencillo, tradicional y “por derecho”.
Pizarras. Las de vino y las de tapas y pinchos; no temáis los menos aguerridos en estas lides, también hay carta en el sentido de carta que pueda tener un bar. Y miras la de vinos… y oye, que tienen veinticuatro vinos por copas. Lo pongo en numeritos: ¡¡¡ 24 !!! Así, ale, sin despeinarse y sin influensers glosando como juglares (críticos “oficiales” incluidos). La cosa va de doce tintos y otros doce entre blancos, generosos y rosados; que hasta Roselito por copas que se gastan. Como la tarde era fresca, y que yo iba pelín descamisao, pues venga, un tinto sin crianza: Tinto riojano llamado “Primavera”. Es lo que supones, y oye, pues mira que bien. Joven y rumboso para el asunto de abarloarse en barra.
¿Y para comer? Pues me comería todo lo que hay en la pizarra que tengo delante, pero vamos a contenernos. Con tres tapas creo que me puedo dar por merendado: Carne mechá (que hacen ellos) guisada, de lo más hogareña; como la que hacía la madre de aquella chica andaluza con la que salías… ¿Te acuerdas? Pues esa carne mechá. Después un montadito de pringá, que ves el pan en que viene y te da pelín de bajona, aunque viene calentito, pero miras dentro, y te santigüas mientras sonríes, porque es pringá de la de verdad. De la de sacar las carnes del puchero y aplastarlas a tenedor; como la que hacían en aquel que bar al que ibas con el padre de aquella chica andaluza con la que salías. Y por último unos callos con garbanzos, que hacen que al despegar los labios suene como el descorche de una botella de champagne.
… y tras esta merendola te quedas pensando en que este lugar no es que haya que volver, ¡ es que hay que ser asiduo !
La merendiasión fueron unos muy agradables 11,45 EUR
Nota: Se me olvidaba decir que para amenizar la corta espera entre el vino y la comanda trajeron una rumbosa tapa de fuet con colines 🙂
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Jaaj, qué gráfico lo del sonido del despegue de labios post callos-coital!
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