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Muy peculiar este garito zaragozano en pleno Tubo, aunque unos metros alejado del mogollón.
Se trata de Ö Gastrobar, con diéresis, y su lema es “Tardeö con diéresis”. No me preguntes, no sé de dónde procede lo de la dichosa diéresis. El caso es que está enfocado claramente hacia los mayores de 40 años y su fuerte es el tardeo. Peeeeero, además de tardeo, que alargan hasta 1’30h de la mañana, tienen barra a mediodía, dan comidas (tienen una pequeña carta) y disponen de un reservado para un mínimo de 6 personas, en el cual te sirven un apañado menú degustación de mercado.
Y en una ocasión muy especial, mucho, especialísima, nos juntamos ahí a comer los “7 amigos de alma” (aunque físicamente éramos 6, para despedir como se merecía al 7º, que nos dejó, insisto, físicamente), y jugar posteriormente una SúperPocha en su honor.
Este fue el menú que nos sacaron:
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• Ensalada de tomate rosa, cebolla de Fuentes y ventresca de bonito
• Ensaladilla rusa casera
• Zamburiñas plancha
• Gamba blanca plancha
• Gamba roja plancha
• T-bone a la parrilla
• Tarta de queso
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No es para tirar cohetes, pero comimos bien, todo estaba en su punto, y manejan buen producto.
Lo que sí es para tirar cohetes es el concepto, estuvimos súper a gusto, en un reservado rollo pub, que de hecho está separado del pub por una puerta corredera, y ahí estás comiendo tan ricamente y tan tranquilamente, la cosa se va animando, y percibes fuera cómo comienza el tardeo, estás como en una plácida y divertida burbuja, unido pero separado del ambientazo que se formó. Entramos a las 14’00h y… no recuerdo a qué hora salimos, pero no sería antes de las 21’00h.
Carta de vinos no tienen, algo tienen en la bodega, y según tus gustos te van cantando. Queríamos garnacha, y sólo tenían una que no era aragonesa, así que tomamos un coupage “no garnacha” aragonés, un 8.0.1. de Bodegas San Valero (Cariñena) que nos pareció muy intensito, demasiado, y nos pasamos a la garnacha no aragonesa, que estaba estupenda, lástima no recordar su nombre.
El precio, 60 € (copas a parte), si piensas en el pedazo reservado y en el exclusivo servicio, pues parece de lo más ajustado, pero nos sorprendió mucho que en el detalle de la cuenta vimos que cada T-bone costaba la friolera de 75 €. En todo caso, nos quedamos con la impresión general sin entrar en particularidades, y tan contentos.
Lo pasamos muuuuuy bien, memorable por muchos aspectos, sobre todo por uno.
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