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Pont Nou, pero qué lugar más agradable.
Las tres o cuatro veces que había ido a Beceite en los últimos años, me había quedado con las ganas de parar y tomar una cervecita. Y esta vez, no me quedé con ellas, porque paramos, y qué bien que hicimos Los Alegres Huerfanitos.
Se trata de un bar de carretera, o mejor dicho, una terraza de carretera, en esa idílica carretera que da entrada a Beceite, a unos 2 km de esta preciosa localidad, serpenteando por el cañón que forma el río Matarraña. Ahí, colgando sobre el citado cañón, se encuentra este minúsculo barcito cuyo mayor atractivo, además de las pedazo de vistas, claro, es su cuidada y coqueta terracita de césped.
Tomamos una caña de Ambar muuuy bien tirada, en tres tiempos, qué pena que tuviéramos prisa, teníamos hora para comer en La Fábrica de Solfa y llegábamos tarde. Si no, hubiéramos tomado una tostada de jamón de Teruel con pan de leña, sin duda (una de sus poquitas referencias culinarias, el espacio no les da para más).
El tipo que nos atendió, estaba él sólo, muy majo, efectivo, y aún sacó tiempo para hacernos el favor de echarnos una fotico.
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